La inversión en acciones ha sido, tradicionalmente, la principal estrategia de inversión de los hogares españoles. No es extraño que, a día de hoy, muchas personas cuenten con acciones de empresas españolas adquiridas hace muchos años, y que les han ofrecido una rentabilidad a largo plazo.
Pero, ¿es la inversión en acciones una buena alternativa en la actualidad? ¿Qué otras posibilidades hay? En este artículo, exploramos las principales opciones disponibles, en qué se diferencian con la inversión directa en acciones y qué ventajas ofrecen frente a esta alternativa.
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Toggle¿Qué significa exactamente invertir en acciones?
Las acciones representan una parte de la propiedad en una empresa. Por eso, cuando inviertes en acciones, lo que realmente estás haciendo es invertir en una parte alícuota del capital de una sociedad anónima.
Al invertir en este tipo de activos, los inversores esperan ganar a través de su revalorización y de los dividendos. Históricamente, las acciones han ofrecido rendimientos significativos, lo que las ha hecho muy populares entre una amplia gama de inversores.
Invertir en acciones es muy sencillo, especialmente en el caso de aquellas empresas que cotizan en bolsa. Tan solo necesitarás una cuenta en un bróker y podrás adquirir las acciones desde tu teléfono móvil, y en cualquier momento. Aunque, eso sí, las operaciones se liquidarán únicamente en el momento en el que la bolsa esté operativa, y una vez pagadas las comisiones correspondientes.
¿Es la inversión en acciones una buena opción?
Como ocurre con cualquier otra inversión, la respuesta es depende.
No obstante, existen una serie de factores que hacen que la inversión en acciones puede no ser la mejor opción:
- Fluctuaciones del mercado: Las acciones es un activo categorizado como renta variable. En consecuencia, son susceptibles a las oscilaciones del mercado, lo que puede llevar a una alta incertidumbre en el rendimiento de las inversiones.
- Volatilidad de las acciones: La volatilidad puede ser especialmente pronunciada en ciertas acciones, especialmente de aquellas empresas que tienen un riesgo mayor, afectando negativamente el valor de las inversiones a corto plazo.
- Riesgos de concentración: al invertir en acciones de forma individual, es más complicado y costoso componer una cartera diversificada. Por ejemplo, si quisiésemos replicar un índice bursátil como el S&P invirtiendo en acciones individuales, tendríamos que comprar cada acción del índice y en su misma proporción. Esto hace que sea muy costoso.
- Necesidad de conocimiento: comprender el mercado y las empresas específicas en las que se invierte es esencial para tomar decisiones informadas. Son necesarios conocimientos y formación específicos para poder invertir en acciones por nosotros mismos y no perder parte de nuestro patrimonio.
Por tanto, respondiendo a la pregunta del artículo, la respuesta es no. O, al menos, no es la mejor alternativa para todos los inversores, especialmente aquellos que buscan una alternativa diversificada y con bajos costes.
Los ETFs: la alternativa de inversión a las acciones
Los ETFs, o fondos cotizados, representan una alternativa de inversión cada vez más popular, ya que combina las mejores características de las acciones y los fondos de inversión.
A diferencia de las acciones individuales, que representan una parte de una empresa, un ETF replica el comportamiento de un índice, un sector, una mercancía o una cesta de activos. Aunque, eso sí, al igual que ocurre con las acciones, los ETFs se negocian en las bolsas de valores y su precio fluctúa a lo largo del día, proporcionando la flexibilidad y liquidez que muchos inversores buscan.
Precisamente, una de las principales ventajas de los ETFs es que, aunque representan solo un valor bursátil, están suficientemente diversificados. Siguiente el ejemplo anterior, un ETF que rastrea un índice bursátil como el S&P 500 ofrece exposición a las 500 empresas que lo componen, reduciendo significativamente el riesgo asociado con la inversión en una sola compañía.
Además, los ETFs ofrecen eficiencia en términos de costes y accesibilidad. Generalmente, tienen ratios de gastos más bajos que los fondos indexados. Además, permiten a los inversores acceder a sectores o mercados específicos sin tener que comprar cada activo de manera individual. Esto es particularmente útil para aquellos que desean invertir en mercados extranjeros o nichos especializados.
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La diversificación es una de las bases sobre las que se debe asentar la estrategia de cualquier inversor. La máxima de “no poner todos los huevos en la misma cesta” es una obligación para muchos inversores, con independencia de su perfil de riesgo. Y si puede ser con los costes más bajos, mejor que mejor.
En inbestMe, te ofrecemos una estrategia de inversión diversificada, sencilla y de bajos costes. Te ofrecemos una cuidada selección de ETFs, fondos indexados y otros planes de pensiones para que puedas acceder a una inversión sencilla, barata y lo más diversificada posible, tanto a nivel geográfico como sectorial.
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