Estas dos últimas semanas han sido extraordinarias para los mercados en términos de volatilidad y velocidad del movimiento descendente. Todo ello, debido a los efectos provocados por el COVID-19, el impacto de este en la historia financiera y el petróleo. Si observas las rentabilidades de tu cartera, probablemente estés sufriendo.
El mejor consejo que podemos darte es dejar de mirar tu cartera. Los mercados bursátiles regularmente pasan por períodos como este. Focalízate en tus objetivos financieros que consisten en generar riqueza a medio/largo plazo y que tu cartera está construida con ese horizonte en mente. No te dejes llevar por el ruido de corto plazo, sino solo en poner de tu lado la probabilidad de éxito a largo plazo.
Supongamos que inviertes en un índice de renta variable como el S&P 500. Veamos tu probabilidad de que la rentabilidad de tu inversión sea negativa durante diferentes períodos de tiempo.
Si la mantienes un año, tienes un 27% de probabilidad de perder dinero. Tal vez si invertiste el año pasado, este podría ser el caso. Pero mira lo que sucede si le das tiempo a tu cartera para que trabaje para ti. Al prolongar el período y manteniendo el rumbo, tu probabilidad de perder dinero se reduce a cero, ya que los mercados con el tiempo siempre tienden a crecer. No desperdicies esta oportunidad.
El peor error que puedes cometer es vender durante estos períodos porque al hacerlo transformarás las pérdidas temporales virtuales en permanentes y esto perjudicará para siempre la posibilidad de alcanzar tus objetivos de largo plazo.
Este tipo de eventos son altamente impredecibles e impredecible también es el momento en que el mercado se recuperará. Lo que sabemos por la experiencia y la historia previa del mercado es que el mercado SIEMPRE se ha recuperado.
Si vendes ahora, ¿cuándo volverás a comprar? ¿Cuando todo vuelve a la normalidad? Para entonces, el mercado probablemente ya estará un 20% más alto porque el efecto acumulado del conocimiento colectivo en los mercados les permite anticipar los eventos de una manera que como individuos no podemos abarcar.
Permanecerás fuera, perdiendo cualquier posibilidad de recuperación. En el futuro, mirando hacia atrás, sentirás que lo que te asustó en realidad fue una oportunidad perdida.
Al vender ahora, sentirás un alivio de tu sufrimiento a corto plazo, pero al mirar hacia atrás en 2 o 3 años te darás cuenta del error.
La última gran crisis financiera del 2008/2009 fue extremadamente dolorosa, pero si miras hacia atrás, el mercado de valores de EE. UU. por ejemplo, se ha cuadruplicado desde entonces. Si hubieras vendido durante la crisis, tus pérdidas se habrían convertido en permanentes y probablemente perdido la revalorización posterior.
Cada vez que vives una crisis piensas que esta es diferente y única. La incertidumbre produce miedo, pero el miedo conduce a decisiones muy malas. Has de asimilar que los altibajos son normales en el mercado bursátil, y forman parte del ruido dentro de la tendencia natural que tienen a crecer con el tiempo.
Los mercados y las sociedades han pasado por muchas crisis, pero siempre se han recuperado de ellas y siempre han seguido creciendo. Solo se requiere que mantengas el rumbo. Esto también pasará, y cuando volvamos a la normalidad, estarás feliz de ver crecer tu cartera.