¿Por qué tu banco te ofrece lo mismo a ti, tu madre y tu abuelo?
Hace unas semanas, hablando distendidamente con unos amigos, a raíz de no encontrar un cajero de una entidad concreta por el cierre masivo de oficinas, acabamos hablando de la última vez que cada uno de nosotros habíamos contactado con nuestra oficina y el motivo.
Fue muy curioso cuando uno contó que le acababan de ofrecer un fondo de inversión, explicó lo que más o menos recordaba, cuando otro amigo le interrumpió y le preguntó si recordaba el nombre del fondo. El primero, sacó el Smartphone de su bolsillo, busco un email de su gestor y en unos segundos le dijo el nombre del fondo. El segundo amigo, sorprendido le dijo, es el mismo que le habían ofrecido esa mañana a su madre.
La sorpresa del segundo amigo venía del hecho de que su madre es una persona mayor, jubilada y conservadora, en cambio nuestro amigo está soltero, se gana bien la vida y tiene un perfil muy arriesgado. Los dos se giraron hacía mi buscando una respuesta. Al primero, era evidente que le molestaba que le hubieran ofrecido algo bueno para una abuela, al segundo le preocupaba que hicieran correr riesgos a su madre.
Los bajos intereses: ahorradores perjudicados
Mi respuesta fue la siguiente: hoy en día los tipos de interés están más bajos que nunca y esto tiene dos grandes perjudicados, las entidades financieras que ven reducidos su márgenes y sobretodo los ahorradores tradicionales que no consiguen aquel pequeño rendimiento que permitía el depósito a plazo fijo que y que servía o para llegar más tranquilo a final de mes o para permitirse algún capricho. La respuesta a estos dos problemas es encontrar algo que de mejor rentabilidad al cliente y más margen a la entidad: en estos momentos los fondos de inversión.
La respuesta es muy sencilla pero por el bien del cliente se debería complicar un poco más, es decir, los gestores deberían hacer las preguntas adecuadas para conocer el perfil de riesgo de cada cliente y saber también cuáles son sus objetivos financieros para poder ofrecerles el tipo de inversión más conveniente a cada uno. Hay en el mercado suficientes instrumentos financieros para hacer un traje a medida a cada uno.
El problema está en que se incentiva la venta de productos concretos, y las necesidades de la entidad, a menudo, pasan por encima de las del cliente, dando lugar a que te acaben ofreciendo a ti el mismo producto que a tu madre o que a tu abuelo.
Algunos consejos
- Haz todas las preguntas hasta que no te queden dudas, ¿por qué me conviene este producto? ¿cuando lo podré sacar? ¿qué riesgo estoy corriendo? ¿me ayuda a conseguir mis objetivos? ¿por qué este producto es mejor que otro?
- Infórmate de que gastos conlleva el producto, es decir qué ganan al ofrecerte éste y no otro.
- Pide que te atienda un gestor con certificado profesional. Te asegurarás que tenga conocimientos actualizados.
- Compara con otras entidades igual que haces cada vez que te compras un electrodoméstico o incluso unos zapatos.