Quizá esta sea una de las dudas más recurrentes a la hora de invertir. ¿Ahora o dentro de un tiempo? ¿Es buen momento para invertir en ETF a largo plazo o me espero a que baje? A pesar de que no tenemos una bola de cristal, podemos darte algunos consejos al respecto.
El principal enemigo de la inversión: el market timing
Uno de los principales errores de cualquier inversor es intentar predecir el futuro. Parece mentira que, en cualquier ámbito de la vida, tengamos claro que es algo imposible, pero creamos que en la inversión es diferente.
Muchas personas ven una oportunidad de inversión y, en lugar de aprovecharla, se esperan para ver si el precio baja. Cuando el precio no baja, se dicen a sí mismos que ya no es tan buena oportunidad.
Pero entonces el precio sube más, y quienes sí compraron en aquel primer momento, enseñan sus ganancias. Entonces, animados por esas ganancias, compran. Pero ahora el precio está muy alto, así que empieza a bajar.
El inversor se dice que no pasa nada, que es una inversión a largo plazo. Pero la acción baja más. Y llega un momento en que el inversor no es capaz de soportar la presión, y vende.
¿Qué ha pasado? Intentando predecir el mercado, ha comprado en el peor momento y ha vendido, también, en el peor momento.
Y esto le pasa tanto al inversor más novato como al inversor más experimentado, porque nadie puede predecir el futuro (es por ello, entre otras cosas, que la mayoría de los gestores que hacen stock picking no baten al mercado).
Las ventajas de las aportaciones periódicas
Dado lo anterior, lo mejor que podemos hacer es olvidarnos del market timing y hacer algo más aburrido, pero más eficaz: aportaciones periódicas. Es decir, cada mes (o cada tres meses, o cada seis, da igual), ingresar una cantidad de dinero establecida.
De esta forma, dará igual si entramos cuando el precio está abajo del todo o arriba del todo, porque, cuando la cosa cambia, volveremos a comprar, y, a largo plazo, estaremos ganando la media del mercado (que no es poco).
Por supuesto, para que esto sea efectivo, tienes que invertir a largo plazo. Porque, a corto plazo, puede pasar cualquier cosa. Sin embargo, los mercados tienden a crecer con el paso de los años. Y, si estás invirtiendo con una buena diversificación geográfica y un largo plazo temporal, no tienes que temer nada.
Al cabo de, digamos, veinte años, habrá habido muchísimas subidas y bajadas en los mercados en los que has invertido. Y habrás pasado por todas ellas. Por las subidas y por las bajadas. Unas se habrán compensado con las otras, y, finalmente, habrás conseguido ese 6-8% aproximado de rentabilidad que suele tener la Bolsa.
¿Y si he recibido una cantidad suculenta de dinero?
Cosa distinta es si recibes una herencia o te tocan unos miles de euros en la Primitiva. En ese caso, estadísticamente, lo mejor que se puede hacer es invertirlo todo de golpe. Estadísticamente, incluso si inviertes en el pico más alto, a largo plazo, obtendrás una mejor rentabilidad que si lo divides en pequeñas aportaciones.
Sabemos que da un poco de miedo, pero es lo que nos enseña la historia. De todas formas, la diferencia tampoco es espectacular, así que si prefieres invertirlo en pequeñas cantidades periódicas, tampoco perderás demasiado (unas décimas de rentabilidad, nada más).
Como puedes ver, ahora mismo es tan buen momento para invertir en ETF a largo plazo como cualquier otro. Por la sencilla razón de que no podemos conocer el futuro, pero sí sabemos que, a largo plazo, nuestro resultado será positivo (sobre todo, si invertimos en todo el mundo).