Los mercados cuando caen, lo hacen rápidamente.
El mes de enero del 2016 pasará a la historia como uno de los principios de año más teñidos de rojo. Aunque obviamente no nos podemos alegrar de una situación como esta, si que nos parece una gran lección de realidad: sirve para mostrar «el lado oscuro» de los mercados, aquel del cual nos olvidamos cuando todo sube. Y es que según como se mire, los mercados no han parado de subir desde el 2009, casi sin interrupción y con muy pocas correcciones. Pues bien, desde agosto 2015, pasando por diciembre 2015 y seguido de enero 2016, los mercados nos han dado una lección de realidad, y es que el mercado corrige. Pero la otra lección de realidad es que, cuando el mercado baja, lo hace a menudo con rapidez.
La probabilidad de entrar en pérdidas es alta en el corto plazo.
La primera lección que nos tenemos que apuntar en nuestro manual de inversores, es que los mercados cuando bajan lo hacen más rápidamente que cuando suben. Y además esto puede ocurrir justo cuando empezamos nuestra actividad inversora. Cuando alguno de nuestros potenciales clientes pasa por el proceso de conocer su perfil, puede ver en el gráfico probabilístico de su plan, que en la parte baja de este, hay una parte roja que identifica la posibilidad (real) de estar en negativo. Aunque nuestra estrategia de inversión dinámica, en las carteras diversificadas, está diseñada para amortizar estas caídas (sobre todo cuando son extremas) es imprescindible que el inversor interiorice que esta probabilidad de caída, es más alta al principio de nuestra actividad inversora. Esta probable caída, es más elevada cuanto más alta sea la proporción de renta variable. En una visión tradicional, se acostumbra a asociar volatilidad con riesgo, aunque hay visiones distintas a esta asociación. Pero este lado oscuro de los mercados tiene su lado opuesto, sólo hay que observar qué pasa a partir del quinto año, en el gráfico adjunto arriba, extraído del libro: «A Random Walk Down Wall Street» Malkiel Burton G.».
Cómo invertir, el premio de los retornos a largo plazo
Lo que ocurre a partir del quinto año, nos enseña el camino de cómo hay que invertir. A medida que pasa el tiempo, esa probabilidad cae en picado y se convierte en nula, es decir alguien que invierte en el largo plazo reduce al mínimo el riesgo de pérdidas.
Es como si el inversor tuviera que pagar un ticket de entrada cuando empieza a invertir, este ticket seria el riesgo a perder en el corto plazo. Una vez «pagado este billete», el premio lo recibe en forma de retornos a largo plazo, pero claro está, siempre que no se retire antes de hora. De esto, se deriva otra doble lección adicional para nuestro manual de inversor: igual que los mercados cuando bajan, lo hacen rápidamente, cuando suben lo hacen más lentamente, o sea que exigen paciencia. Pero lo más importante es, que siempre suben más de lo que bajan. Por lo tanto, no dejes que el lado oscuro de los mercados te prive de ver que el inversor paciente, tiene la suerte de su lado.