Un ahorrador que quiera dar sus primeros pasos en bolsa tiene la opción de elegir entre diferentes estrategias de inversión para rentabilizar su dinero. Elegir entre una u otra es una decisión muy subjetiva que dependerá de muchos factores, ya que ninguna de ellas es la ideal para todo el mundo.
Cada estrategia de inversión tiene sus ventajas y sus inconvenientes en función del perfil de inversión de cada persona, del horizonte temporal y de sus objetivos financieros. Por tanto, cada inversor debe elegir aquella (o aquellas) con las que se sienta más cómodo invirtiendo. Algunas de las más conocidas son las siguientes:
- Inversión directa en acciones (el inversor invierte en las compañías que cree más rentables).
- Value investing o inversión en valor (consiste en invertir en empresas que se encuentran infravaloradas).
- Inversión en empresas que reparten dividendos entre sus accionistas (el objetivo en este caso es asegurar una renta periódica).
- Inversión de crecimiento o growth (se invierte en empresas que se espera que crezcan por encima del mercado).
- Momentum (se compran los valores que suben más rápidamente en cada momento).
La Cartera Permanente de Harry Browne, la cartera All-Seasons de Ray Dalio y la inversión en Dividend Kings también son otras estrategias o filosofías de inversión que cada vez más inversores tienen en cuenta para hacer crecer su patrimonio.
Todas estas estrategias pueden llegar a ser muy interesantes para según qué tipo de persona. Por ejemplo, un inversor que vaya a necesitar su dinero a corto plazo quizás opte por el Value, mientras que otro con un horizonte temporal mayor tal vez prefiera la inversión de crecimiento.
¿Y si lo más fácil fuese comprar el mundo?
En nuestra opinión, de todas las estrategias de inversión hay una estrategia muy sencilla, muy barata de implementar y que permite obtener muy buenos resultados a largo plazo. Como te imaginas, nos referimos a la estrategia de gestión pasiva, que consiste en invertir en índices globales a través de fondos indexados y de fondos cotizados (ETFs).
Si partimos de la base de que es muy difícil (por no decir imposible) acertar con la evolución del precio de una acción en un momento determinado, parece más razonable vincular el crecimiento de nuestra inversión al crecimiento de la economía mundial. O lo que es lo mismo, comprar el mundo.
Esta idea, que parece un poco ambigua, en realidad es muy sencilla. Un ETF o un fondo indexado que replique a un índice global, como el MSCI World, el Eurostoxx, el S&P 500 o el Nasdaq, estará formado por las mismas acciones de las mismas empresas que componen dicho índice, y, además, en la misma proporción.
Si el índice actúa como termómetro de la economía mundial (ha sido así a lo largo de la historia), la buena marcha económica hará que los valores del índice suban y, por tanto, que el fondo de inversión que lo replica obtenga el mismo rendimiento. No olvidemos que el objetivo del fondo es obtener exactamente la misma rentabilidad que el mercado al que se indexa.
inbestMe y la gestión pasiva, la mejor estrategia para tu dinero
inbestMe es un gestor automatizado de carteras que basa su filosofía de inversión en la gestión pasiva. Nuestras carteras están formadas por algunos de los mejores fondos indexados y ETFs de bajo coste del mundo con el objetivo de obtener la mejor rentabilidad posible para nuestros clientes.
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