Cómo invertir a largo plazo

Recientemente hemos mejorado el gráfico de seguimiento del plan de nuestros clientes. Ahora se puede seguir mejor la evolución de la cartera y compararla con la del plan previsto.

Cómo invertir a largo plazo: el rendimiento de corto plazo no significa nada

En los gráficos de arriba podemos ver el ejemplo de dos cuentas. El gráfico de la izquierda es el de una cuenta con varios años de historia en la que, a los pocos meses de empezar, estuvo por debajo de la línea de rentabilidad media esperada. Después, con el tiempo, esta cuenta se ha situado claramente por encima de esa tendencia a largo plazo.

Por el contrario, en el gráfico de la derecha, los primeros meses estuvieron prácticamente en línea con la tendencia media esperada, pero desde principios del año 2018 se ha situado por debajo.

Esto nos recuerda que la rentabilidad a corto plazo tiene muy poco significado ya que está altamente condicionada por la volatilidad intrínseca de los mercados en el corto plazo. 

Cómo invertir a largo plazo: pon tu foco ahí, en el largo plazo

En la nueva implementación nuestros desarrolladores han añadido una herramienta para hacer “zoom in” y “zoom out”. Con esta nueva funcionalidad podemos cambiar el foco de nuestra atención, sea en el corto plazo, en el largo o incluso en un periodo determinado.

Con el objetivo de poder ver la información de forma clara, mostramos por defecto los años y meses transcurridos. Sin embargo, para tener éxito en nuestra inversión proponemos todo lo contrario.

En los gráficos de más arriba podemos ver de nuevo las dos cuentas. En este caso hemos usado la herramienta mencionada y ampliado el foco para observar los próximos 20 años. ¿Y cuál es el resultado? Confirmando de nuevo el título del párrafo anterior: lo que ocurre en el corto plazo es totalmente anecdótico. Vemos en ambos casos que lo que ha pasado hasta ahora tiene poca importancia, y casi ni se percibe, solo como pequeños puntos, sobre todo  para cuentas de poco tiempo, como el gráfico de la derecha.  Por tanto si ponemos el foco en el largo plazo la tendencia alcista se impone.

Ten paciencia y deja que el tiempo dibuje tu plan

Aprovechamos para recordar de nuevo que el gráfico del plan no es más que un gráfico probabilístico. La línea más marcada va dibujando la rentabilidad media esperada anual compuesta. Pero esta línea es solo esto, una línea más del gráfico. El gráfico, como se puede observar, es un cono de probabilidades y nuestras rentabilidades se pueden situar en cualquier punto del cono.

El propósito del gráfico superior es ilustrar que un promedio es solo eso, un promedio de rentabilidades anuales (en este caso el 10,5%) y que, además, casi ninguna se corresponde con la media esperada.

También podemos visualizar como  se compone de valores positivos, normalmente más comunes, pero también de resultados negativos para los que debemos estar preparados. Otras de las lecciones del gráfico superior: habrá años de grandes rentabilidades, otros años de rentabilidades mediocres -de momento el 2018 va por ese camino como también lo fue el 2015- o incluso años de rentabilidades negativas (el 2008). Y ¡ojo!, a pesar de ser una cartera balanceada, los resultados negativos pueden ser consecutivos (por ejemplo, el 2001 y el 2002).

Pero, ¿cuál es la diferencia entre el corto y el largo plazo? Así como en el corto plazo nuestros retornos podrán estar en cualquier punto del cono de nuestro gráfico de plan, o ser cualquier barra aleatoria del último gráfico, a medida que pasen los años y se acumulen, estos tenderán a estar más cerca de esa línea (o del promedio) y, lo que es más importante, anulando las posibilidades de pérdidas.

Podemos ver porqué en el siguiente gráfico de JP Morgan, un clásico de muchos libros de inversión.

Observamos (gráfico izquierdo) que a medida que van transcurriendo los años las posibilidades de estar en pérdidas se van anulando:

  • Por ejemplo, después de 5 años una cartera balanceada (50/50) tendría un rango esperado de rendimiento anualizado del -1% al 24% (promedio 11,5%).
  • Pero es que a partir de los 10 años este rango se comprime y se sitúa entre el 1% (como vemos ya siempre en positivo) y el 17% (promedio 9%). A partir de los 20 años este rango aún se comprime más, situándose entre el 4% y el 15% (promedio 9,5%).
  • Por el contrario, veamos lo que ocurre en un año: el rango es muy amplio situándose entre el -24% y el 49%.

Aunque este gráfico puede variar para otros mercados y periodos más largos (está elaborado en base al S&P 500 y para el periodo 1950 al 2017) nos sirve para reforzar de nuevo lo siguiente:

  • En el corto plazo casi todo puede pasar… ¡del -24% al 49% es un rango del 73%!
  • En el largo plazo la tendencia a la media se impone y es positiva.
  • Cuanto más riesgo (más renta variable) más amplio es el rango de resultados esperados y también más alta es la rentabilidad esperada.

Cómo invertir a largo plazo: conclusión

En resumen, para invertir con éxito se impone invertir con una visión a largo plazo. Es importante para ello escoger bien tu perfil de riesgo, teniendo en cuenta tus necesidades, horizonte y estadísticas. Con una cartera bien diversificada, adaptada a tu perfil inversor y de bajo coste tus posibilidades de éxito se multiplican.

Una vez escogido tu plan, ten paciencia y deja que el tiempo componga tu plan de éxito tal como se visualiza en los gráficos de las cuentas de ejemplo, cambiando el foco a 20 años.

Antes hemos usado la palabra dibujar. Aquí hemos usado intencionadamente la palabra componer puesto que tiene la misma raíz que “compuesto” (por la fórmula “mágica del interés compuesto”). Si tienes paciencia, verás crecer tus inversiones, pero eso sí… lentamente.

Descubrir plan de inversión