Qué es un «drawdown» y porqué nos sirve para prepararnos para lo peor y lo mejor

Qué es un “drawdown”

La mejor traducción que se me ocurre para la expresión en inglés “drawdown” es caída desde máximos. Esta caída o retroceso respecto al máximo se puede medir en valor o porcentaje. También se acostumbra a medir la duración del retroceso ya que este seguirá vigente hasta que el activo en cuestión o cartera que estemos midiendo llegue al punto máximo anterior. Cuando se habla de riesgo se acostumbra a usar la volatilidad como medida. Pero los “drawdowns” pueden ser incluso más ilustrativos del riesgo que asumimos.

Por ejemplo, la volatilidad anual histórica del S&P 500 (1) está alrededor del 14%. Esto nos da una medida de variabilidad de este índice, pero el máximo “drawdown” de la historia reciente del S&P 500 es del 51% (año 2007 a 2009), eso quiere decir que en ese periodo un inversor totalmente expuesto a este índice, podía pasar de tener una cartera valorada en 10.000€ a 5.000€. Obviamente este tipo de retrocesos no son habituales, pero si miramos en el gráfico de más abajo veremos que se produjo otro bastante profundo en el periodo 2000-2002 (45%).

Este gráfico ya da cierta sensación de vértigo, pero más lo da este otro que cubre un periodo más largo (1927-2016). En este otro podemos ver el retroceso asociado a la crisis del 1929 que alcanzó nada más y nada menos que un 80%. Pero sobretodo vemos que aparecen otros muchos de menos calado pero que para cualquier inversor serían realmente una pesadilla.

Fuente: Awealthofcommonsense.com

De esta misma fuente podemos extraer otras conclusiones. Aunque es cierto que si miramos un gráfico bursátil en el largo plazo veremos como este no para de subir, también se puede decir que en el 50% del tiempo el mercado cae un 5% o más. El que invierte en bolsa por tanto está sometido a estas leyes, el mercado seguirá “jugando” con nosotros mostrándonos como sube en el largo plazo, pero nos pondrá a prueba constantemente ya que no sube ni cada día ni cada semana ni cada mes ni cada año. En el gráfico podemos ver la cantidad de veces que cruza el 10% (sobrepasa las 20 veces en este periodo), haciendo que caídas del 10% se lleguen a considerar normales en renta variable.

Lo peor: el mercado baja más rápido que cuando sube

Desde el año 94 hasta ahora han habido 31 retrocesos del mercado. En el 2007 este retroceso duró 1 año y 4 meses, pero es que el 2000 duró más de dos años hasta el 2002. Estos dos fueron realmente profundos y duraderos. En cuanto a los otros, hasta 29 más, la mayoría están comprendidos entre 1 mes y dos meses, aunque hay uno de 3 meses. Con lo cual debemos estar preparados para aceptar que estar en negativo uno o dos meses puede ser más que probable.

Además, tenemos que estar preparados para otra ley. El retroceso del 2007-2009 tardó 4 años y 5 meses en superarse, y el del 2000 al 2002 6 años y 3 meses, más del doble de lo que tardaron en caer. De nuevo, estos dos retrocesos fueron excepcionales, pero la ley de que el mercado cae más rápido que lo que lo hace al subir es constante. Para las restantes 29 caídas de este periodo el mercado tardó en recuperarse más del doble de lo que hizo al caer. Es decir, si el mercado cae durante digamos 1 mes y medio debemos aceptar que es probable que no se recupere hasta que transcurran 3 meses.

 Lo mejor: el poder de la diversificación

 Ante esto el inversor puede tener la tendencia a quedarse fuera de los mercados. Pero esto sería un gran error, ya que es correr el riesgo de no hacer nada. Antes de no hacer nada, y perder poder adquisitivo con la inflación, el inversor tiene algunas armas en su arsenal. Basta con conocerlas. La primera es asumir solo los riesgos para los que esté preparado. El interiorizar la volatilidad asociada a una inversión o cartera, pero también los retrocesos considerados “normales” asociados a ellos, nos puede ayudar a soportarlos.

Construir una cartera diversificada de activos reduce mucho el riesgo y la profundidad de los drawdowns. Por ejemplo, solo con añadir un 50% de renta fija en una cartera reduce el “drawdown” significativamente.

En este gráfico vemos como una cartera con un 50% renta variable / 50% renta fija el retroceso del 2009 pasaría del 51% al 25%. Vemos como en general la línea azul cae la mitad de lo que lo hace la roja en el gráfico superior.

Una cartera de perfil 5 inbestMe Strategic que combina 12 ETFs de todo el mundo apenas cayó un 2,5% en la caída posterior al Brexit que llevó al Eurostoxx 600 a perder alrededor de un 11%.Aun así, la diversificación tiene sus límites, es decir, aun reduciendo la profundidad de los retrocesos estos seguirán existiendo. Asumir que los retrocesos son normales forma parte de las lecciones que cualquier inversor debe interiorizar.

Lo mejor: el poder de nuestro plan

Hacer un buen plan de inversión ajustado a nuestras necesidades con una buena cartera diversificada es por tanto una solución muy eficiente y reducirá el riesgo y la profundidad de los retrocesos de nuestra cartera.

Nuestro plan debe incluir rebalanceos periódicos. Rebalanceando periódicamente estaremos comprando los activos más baratos y vendiendo los activos que hayan corrido más. El tener sistematizado este proceso hará que ante un fuerte retroceso de los mercados de renta variable estemos recomprando muy barata nuestra porción de cartera dedicada a ello. Pero lo es aún más el que este plan incluya aportaciones adicionales recurrentes, pase lo que pase. Volviendo a las dos grandes caídas del decenio 2000-2010 si nuestro plan hubiera incluido aportaciones recurrentes, las aportaciones del 2002 o las del 2009 se habrían revalorizado hasta hoy alrededor de un 200% (2) cada una de ellas compensándonos más que de sobras de las caídas sufridas en ese momento ya que en el largo plazo la suerte se pone de nuestro lado.

Seguir con nuestras aportaciones recurrentes en momentos de grandes caídas, por más difícil que sea puede ser el mejor elixir para nuestra débil psicología financiera. Nos puede ayudar el pensar que estamos comprando más barato que nunca, en cambio vender en esos momentos nos llevará a hacer todo lo contrario y el peor de los pecados en la inversión, lo que mirado fríamente no tiene ninguna lógica. Solo hay que cumplir una regla de oro: no invertir lo que necesitamos en el corto plazo, ya que en ese plazo estaremos sometidos a la volatilidad y los retrocesos normales del mercado.

Los mercados no registran nuevos máximos cada día con lo cual lo más probable es que si te guías por los máximos de tu cartera te consideres siempre en pérdidas. Si los máximos de tu cartera se convierten en tu referencia puede que estés constantemente en un estado de remordimiento permanente. Para la sanidad de nuestra débil psicología financiera es mejor tener siempre como referencia la inversión inicial y olvidarse de los máximos.

Para conocer el mejor plan para ti, conoce tu perfil de inversor, un breve cuestionario que tiene en cuenta aspectos como tus objetivos financieros, la tolerancia y la capacidad financiera para determinar tu perfil óptimo.

Nota 1: en los gráficos y en nuestra exposición he utilizado el S&P 500 por ser un índice con larga historia y fácilmente obtenible para ilustrar los conceptos de este artículo. Para otros índices de renta variable estos porcentajes variarán seguro, pero muchas de las leyes aquí expuestas serán similares.

Nota 2: pero ojo, no olvidemos que para recuperar una caída del 50% se debe producir una subida del 100% para quedarnos igual.

100-50%=50

Para volver a:

100/50=100%