Diferencias entre renta vitalicia y plan de pensiones

Si te estás planteando complementar tu pensión de jubilación con algún ingreso alternativo, es probable que hayas oído hablar de la renta vitalicia y de los planes de pensiones.

Se trata de dos productos con algunas similitudes, pero también con bastantes diferencias. Por eso, antes de decidir cuál es el que mejor puede ayudarte a cumplir con tus objetivos financieros, es importante entender el funcionamiento de cada uno.

Qué es una renta vitalicia y cómo funciona

Antes de desarrollar cómo funciona este tipo de renta, debes tener en cuenta que es más parecida a un seguro de vida que a un activo financiero, por lo que normalmente es una compañía aseguradora la que la ofrece. 

Podemos entender como renta vitalicia el cobro garantizado de una renta periódica, hasta el fallecimiento, cuya cantidad dependerá del ahorro inicial aportado y de la rentabilidad que ofrece el seguro. 

Existen varios tipos de renta vitalicia y su funcionamiento es similar, habiendo algunos matices que afectan más a los herederos que a la persona que se beneficia de la renta:

  • Modalidad de capital cedido. Esta opción ofrece el cobro de una renta más alta, pero se renuncia a la posibilidad de rescatar ni un euro del capital cedido, ni siquiera después del fallecimiento, por lo que no quedaría ninguna herencia.
  • Modalidad de rentas constantes o capital reservado. En esta modalidad se puede cancelar el seguro en cualquier momento y además existe la posibilidad de que los beneficiarios cobren la prima aportada en caso de fallecimiento, a valor de mercado. En este caso, la renta que se cobra es de una menor cuantía.
  • Modalidad mixta. Este tipo de renta combina las características de las dos anteriores. Se permite cancelar la renta y rescatar el dinero a valor de mercado aunque, en caso de fallecimiento, los beneficiarios del seguro tan solo reciben un porcentaje de esa aportación, que disminuye progresivamente.

La elección entre un tipo u otra dependerá de las características personales y de los objetivos financieros del asegurado.

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Planes de pensiones, ¿son todos iguales?

Otra de las opciones más comunes a la hora de prepararnos para nuestra jubilación son los planes de pensiones. Se trata de una herramienta de ahorro e inversión a largo plazo que tiene como objetivo cubrir nuestras necesidades cuando dejemos de trabajar.

Para contratar un plan de pensiones se deben realizar aportaciones de capital, periódicas o únicas, con un máximo de 8.000 € al año

Tradicionalmente, los gestores del plan de pensiones se encargaban de invertir ese dinero para conseguir una buena rentabilidad por él.

En la actualidad, existen gestores automatizados que permiten reducir las comisiones de gestión gracias a que invierten el dinero de los partícipes en índices bursátiles. Son los planes de pensiones indexados

En general, según el perfil de riesgo del beneficiario del plan, se puede escoger entre varios tipos:

  • Garantizados. Para los ahorradores más conservadores y con la jubilación muy cercana, se garantiza total o parcialmente el capital aportado. En este tipo de plan se minimiza el riesgo de la inversión a cambio de ofrecer una baja rentabilidad.
  • Renta fija. El capital se invierte en activos que ofrecen una menor rentabilidad, asociada a un menor riesgo. Por ejemplo, en bonos del estado, en bonos de empresa, etc.
  • Renta variable. Una buena opción para un ahorrador de perfil de riesgo agresivo, en edades más tempranas, con la esperanza de obtener una rentabilidad mayor con inversiones más arriesgadas en activos de renta variable.
  • Mixtos. Se diversifica el riesgo entre la renta fija y la renta variable. Suele ser el más atractivo para la mayoría de los inversores.

Renta vitalicia vs Plan de pensiones, ¿cuál es la mejor opción? 

Ambas opciones cuentan con algunos beneficios fiscales a tener en cuenta, pero no son favorables para todo el mundo y suelen ser más rentables cuando la inversión es de un capital más alto.

Por otro lado, no debemos olvidar que en inversiones a largo plazo, las comisiones y los gastos extra de cualquier producto financiero pueden afectar mucho a la rentabilidad. Si te estás planteando contratar alguno de estos productos, estudia bien la letra pequeña y todas sus variantes.

En cuanto a la decisión sobre cuál de los dos puede ser la mejor opción, dependerá del objetivo de rentabilidad y de sí se cuenta o no con otros productos de inversión en cartera.

Lo que sí debemos tener claro es que una renta vitalicia no debería sustituir a un plan de pensiones. Es arriesgado esperar a estar muy cerca de la jubilación para contratar una herramienta de ahorro o inversión. 

En cualquier caso, siempre es recomendable hacer aportaciones periódicas constantes a lo largo de nuestra vida laboral, mediante planes de pensiones o carteras de fondos indexados y ETFs, para minimizar el riesgo y conseguir una mayor rentabilidad a largo plazo.

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