Tipos de ETFs: Fondos cotizados y sus diferencias

Los ETFs están de moda. Y con razón. Son una muy buena forma de invertir. Sin embargo… ¿Los conoces bien? ¿Sabes cuáles son sus tipos? ¿Sabes cuáles son las diferencias entre los distintos tipos de ETFs o fondos cotizados

Hoy, hablamos de ello, porque en nuestras carteras inbestMe ETFs (exchange-traded fund) utilizamos algunos de esta gran variedad de ETFs. Los tipos más populares son:

ETF de réplica física

En primer lugar, tenemos los ETFs de réplica física. Estos ETFs poseen las acciones del índice que tratan de replicar. Es decir, compran las acciones que componen el índice con el objetivo de mantener la proporción adecuada tal y como existen en el índice.

Debido a este trabajo de compra directa y real de las acciones, su rendimiento siempre es muy cercano al del índice (salvo por las comisiones que cobran y que se restan de la rentabilidad total).

ETF de réplica por muestreo

Los ETFs de réplica por muestreo no compran todas las acciones que componen el índice, sino que se centran en los valores más representativos del mismo. De esta forma, se reducen las operaciones de compra-venta y eso se puede traducir en menores comisiones finales.

Sin embargo, como puedes suponer, los ETFs de réplica por muestreo tienden a tener un mayor margen de error en la replicación del índice, porque no están representándolo fielmente sino de forma aproximada.

Es por ello que los ETFs de réplica por muestreo no son de los más queridos.

Guía de inversión ETFs

ETF de réplica sintética

Por último, tenemos los ETFs de réplica sintética, que son un mundo aparte. 

En el caso de los ETFs de réplica sintética no se compran acciones. Ni todas, ni algunas que sean representativas. Sencillamente, no se compran las acciones físicas. Lo que se hace es comprar diferentes derivados financieros para imitar el movimiento del índice.

Esto a menudo conduce a que haya pequeñas desviaciones, pero no son demasiado grandes. El problema que tienen los ETFs de réplica sintética es que los derivados financieros acostumbran a tener un colateral. Y, si este se ve afectado (por ejemplo, si quiebra), el ETF puede verse en serios problemas.

ETF directo o inverso

Al margen de los tres tipos de ETFs anteriores, también podemos diferenciar entre los ETFs directos o inversos. 

Los ETFs directos son aquellos que se comportan como el mercado, mientras que los inversos son aquellos que se comportan de forma opuesta a como lo hace el mercado. Es decir, cuando el índice de referencia sube, el ETF inverso cae, y viceversa.

Este tipo de ETFs se utilizan para ponerse corto en índices enteros, ya sea porque se cree que van a caer al estar sobrecomprados o, simplemente, por tener una cobertura.

ETF apalancado o normal

Los ETFs apalancados son aquellos que replican el índice con un multiplicativo, que se logra a través de deuda. Así, si un índice sube un 1% y tienes un ETF apalancado x5 en ese índice, tu ETF sube un 5%. Y, cuando cae un 1%, tú caes un 5%, lógicamente.

Normalmente, los ETFs apalancados son ETFs sintéticos.

ETF de acumulación o distribución

Por último, podemos diferenciar entre ETFs de acumulación y de distribución. Los primeros no reparten dividendos, sino que los reutilizan para aumentar la rentabilidad. Los de distribución sí reparten dividendos a sus partícipes. 

Lo más habitual es que los ETFs sean de acumulación, porque el rendimiento final suele ser mayor.

Como puedes ver, los tipos de ETFs que existen son muchos y variados (de hecho, se cree que, hoy en día, hay más ETFs que acciones. ¡Una locura!). Conocerlos mínimamente es fundamental si queremos invertir de forma inteligente y sin poner en riesgo nuestro patrimonio.

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