Estrategias para reducir la aversión al riesgo financiero

A la hora de invertir hay dos emociones que guían la mayoría de las tomas de decisiones: la codicia y el miedo. Codicia porque siempre queremos ganar más, es decir, obtener la máxima rentabilidad posible con nuestra inversión; y miedo porque tememos que una mala decisión o que un movimiento inesperado del mercado nos haga perder dinero, es decir, miedo al riesgo financiero.

En esta batalla de emociones que tiene lugar en nuestro cerebro, casi siempre resulta vencedor el miedo. Esto es así porque en nuestra psique humana tenemos una tendencia natural a evitar el riesgo financiero. Dicho de otra forma, sentimos lo que se conoce como aversión al riesgo

¿Qué es la aversión al riesgo financiero y cómo influye al invertir?

En toda inversión, la rentabilidad y el riesgo van cogidos de la mano. Normalmente, cuánto mayor es el riesgo que asume un inversor, mayores son las probabilidades de obtener altas rentabilidades. En cambio, si los riesgos están muy controlados, con toda seguridad la inversión proporcionará una rentabilidad baja. Rentabilidad y riesgo son la cara y la cruz de la misma moneda.

Traslademos esto a la composición de las carteras de inversión. 

Una cartera compuesta en un cien por cien de renta variable puede generar una alta rentabilidad a los inversores, pero a cambio de que estos asuman un riesgo elevado de volatilidad y de pérdidas cuando los mercados fluctúen. Por el contrario, una cartera formada íntegramente por renta fija proporcionará una rentabilidad más limitada, pero a cambio la volatilidad y el riesgo de pérdida son muy pequeños.

La aversión al riesgo determina el tipo de inversión que hace cada persona. Hay quienes son propensos al riesgo, y optan por inversiones arriesgadas donde pueden ganar mucho dinero; y hay quienes son aversos al riesgo y prefieren obtener una rentabilidad menor a cambio de asumir pocos riesgos. 

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La aversión al riesgo supone que el dolor que causa una pérdida económica es mayor que el placer que genera una ganancia semejante. Por esta razón, los inversores que son aversos prefieren sacrificar rentabilidad en pro de seguridad. Eligen dormir tranquilos y sin preocupaciones por las noches, aunque ello suponga aspirar a una rentabilidad menor.

El problema para estos inversores que no quieren asumir riesgos es que pierden la oportunidad de obtener altas rentabilidades por sus ahorros. En la mayoría de ocasiones, suelen contratar depósitos bancarios o cuentas remuneradas y rehúyen de la bolsa. Se niegan a acercarse a los mercados financieros pese a que está demostrado que la inversión en bolsa es la más rentable de todas a largo plazo.

Cinco estrategias para reducir la aversión al riesgo

Es muy difícil eliminar la aversión al riesgo financiero de una persona, pero sí existen algunas técnicas o estrategias que pueden ayudar a combatirla. Por ejemplo:

1. Determina correctamente tu perfil de inversor

Para conocer tu verdadera aversión al riesgo debes realizar un test de idoneidad que determine qué tipo de inversor eres. Los resultados de este test te pondrán frente al espejo para que puedas ver más claramente cuál es tu situación financiera y cuáles son tus objetivos.

2. Diversifica tus inversiones

La diversificación es el mejor seguro frente al riesgo. Si inviertes en activos que están descorrelacionados (por ejemplo, de distintas áreas geográficas y de distintos sectores), estarás reduciendo los riesgos de tu inversión. En el artículo sobre la Diversificación puedes conocer cuáles son las ventajas de tener una cartera bien diversificada.

3. Invierte poco a poco con el dollar cost averaging

El dollar cost averaging (DCA) es una estrategia de inversión que consiste en invertir de forma periódica y constante, independientemente de cuál sea la evolución de los mercados. Si hacemos esto disminuiremos los riesgos de nuestra inversión (ya que no hacemos market timing) y ganaremos en tranquilidad. Puedes descubrir aquí cómo gestionamos desde inbestMe estas aportaciones periódica. 

4. Mejora tu educación financiera

El desconocimiento sobre el funcionamiento de los mercados puede llevar a las personas a sentir miedo de ellos. Por eso, si mejoras tu educación financiera y amplias tus conocimientos sobre el sector financiero y sobre el mundo de las inversiones, lo más probable es que tus miedos disminuyan y tu aversión al riesgo mejore.

5. Déjate ayudar por profesionales

No seremos nosotros quienes te recomendemos que pongas tu dinero en manos de gestores de inversiones, pero sí que te dejes asesorar por profesionales con experiencia. Es muy probable que si inviertes de la mano de personas expertas te sientas más seguro con las decisiones que tomes. 

En este sentido, en inbestMe estaremos encantados de ayudarte a definir cuál es tu aversión al riesgo y cuáles son las carteras de inversión que mejor se adaptan a tu perfil de inversor.

Descubre tu plan personalizado

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