En su parte más teórica, los bonos no parecen tener peligros asociados. De hecho, al mercado de renta fija se le ve como uno de los mercados más seguros en los que invertir. No obstante, en la práctica (y en la realidad) la cosa cambia. “Una de las creencias erróneas más extendidas es pensar que invertir en renta fija es invertir sin riesgos. Cualquier producto de inversión contiene riesgo en mayor o menor medida”, alerta la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el regulador que vela por la seguridad en los mercados en España.
En este caso, los inversores enfrentan a una serie de riesgos al invertir en bonos: el de mercado, el de liquidez y el crédito. Aunque todos ellos son importantes, y se deben tener en cuenta, hay que poner especial atención en el último de ellos, ya que sus efectos pueden ser fatales para nuestros ahorros.
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Toggle¿Qué es el riesgo de crédito?
El riesgo de crédito es aquel “que se asume por la posible falta de cobro de los intereses y/o principal de la inversión por parte del emisor”, explica la propia CNMV. Como puedes ver, se trata de un peligro vital para nuestra inversión, ya que pone en riesgo la totalidad del capital (los ahorros) invertido en ella, por lo que tiene una gran importancia a la hora de invertir en el mercado de bonos.
Las agencias de calificación
Al ser tan importante el riego de crédito, obviamente, el mercado y los inversores prestan una gran atención e intentan tenerlo siempre controlado. Para ello, existen unos organismos llamados agencias calificadoras, que se encargan de clasificar a los emisores en función de este tipo de riesgo.
Las más conocidas son S&P, Moody’s, Fitch o DBRS y se encargan de hacer análisis de la calidad crediticia y fortaleza financiera de los emisores y a cada una de las emisiones, basado en la capacidad de generar beneficios en el futuro y en consecuencia puedan hacer frente a sus pagos. Por último, encuadran cada emisor dentro de una escala que va desde la máxima seguridad, grado inversión (AAA), a una alta probabilidad de impago, grado de especulación o bono basura (calificación C o inferior).
Riesgo de crédito y rentabilidad
El riesgo de crédito tiene una gran importancia a la hora de invertir en bonos, principalmente porque es el pilar sobre el que pivota la rentabilidad que ofrece cada título. Así, como es lógico, aquellos emisores que son solventes y tienen una calificación alta por parte de las agencias de calificación, pagan una rentabilidad menor por su deuda que aquellos que tienen peor nota. Al fin y al cabo, los inversores demandarán un pago mayor porque se están arriesgando más.
Así pues, a la hora de crear una cartera de inversión con renta fija, lo primordial, como siempre, será establecer un objetivo y adecuar una rentabilidad para esa meta. Una vez tenemos ambas variables podemos configurar la cartera de inversión dando más preponderancia a aquellos bonos que son más seguros y menos rentables o a aquellos con algo más de riesgo, pero también más rentabilidad.
Factores que determinan el riesgo de crédito
Para conocer mejor el riesgo de crédito es necesario explicar los factores que lo determinan, de tal manera que se pueda entender mejor dicho concepto:
- Solvencia e historial de pagos del emisor: el primer punto, como hemos visto, radica en conocer con detalle al emisor de la deuda. En este caso, lo más importante es prestar atención tanto al historial de la empresa o el país, por si ha realizado impagos anteriormente, como a la calificación que le han otorgado las agencias que hemos visto anteriormente.
- Condiciones del mercado y posibles cambios: en muchas ocasiones, los emisores de deuda tienen problemas de solvencia una vez han emitido ya los bonos debido a algún shock externo. Por ejemplo, como ocurrió durante la pandemia de la COVID-19 o en 2012, cuando España casi fue rescatada. Por ello, es imprescindible no solo poner atención al emisor, sino también a los posibles riesgos que hay en los mercados.
- Tasa Interna de Retorno (TIR) respecto al bono libre de riesgo: cuando se habla de la rentabilidad de un bono, no solo se toma la solvencia del emisor, sino que se compara con la rentabilidad que ofrece otro activo sin riesgo. En otras palabras, la rentabilidad de un bono (TIR) mide en cierta manera cuanto más tiene que pagar un emisor para convencer al inversor de comprar su deuda y no comprar deuda con menos riesgo. Eso implica no solo medir al emisor de la deuda, sino también la evolución de ese ‘activo libre de riesgo’, ya que si este eleva su precio también hará que se eleve lo que tienen que pagar el resto.
- Recovery rate del bono: se trata de un término clave cuando el emisor en cuestión empieza a tener problemas de pago y nos indica la cantidad de dinero que perciben los tenedores de su deuda cuando se produce ese shock.
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