El pasado mes de octubre, la rentabilidad del bono del Estado a 5 años alcanzó el 3,683%, su valor más alto en los últimos 10 años. Esa es una buena muestra de por qué la deuda pública ha emergido como uno de los activos clave para los inversores en la actualidad.
Detrás de ese éxito no solo está esa rentabilidad. La deuda pública en cualquiera de sus variantes ofrece una serie de ventajas como seguridad o liquidez. Por ello, si quieres saber más acerca de estos productos y como beneficiarte de todo lo que lo rodea, debes seguir leyendo.
¿Qué son los bonos del Estado?
Los bonos del Estado son valores de deuda emitidos por el Banco Central de cada país, en el caso de España se articula a través del Tesoro Público, que sirven para financiar al país que los emite en cuestión. A cambio, eso sí, el gobierno de turno se compromete a devolver el dinero en el tiempo, la forma y con los intereses acordados, de hecho, por ello también recibe el nombre de renta fija, ya que se conoce de antemano el plazo y la rentabilidad.
Más en concreto, los bonos del Estado hacen referencia a aquellos títulos de deuda que vencen desde los 18 meses hasta los cinco años. Por otro lado, la deuda de plazos inferiores se conoce como letras del Tesoro, y la de plazos más largos, que pueden extenderse hasta 50 o 100 años, se denomina obligaciones.
La importancia de los bonos en una cartera de inversión
El auge de la demanda de los bonos del Estado demuestra que tienen un rol vital dentro de la cartera de inversión de cualquier inversor, ya que aportan una serie de características como:
- Generación continuada de ingresos: proporcionan una cantidad fija en forma de pagos de cupones.
- Preservación del capital: al ser un activo respaldado por un país, suelen ser muy seguros y, por tanto, una buena alternativa para preservar el capital.
- Diversificación: la renta fija y la renta variable suelen tener una relación inversa, lo que significa que cuando el mercado de acciones accionario baja, los bonos se vuelven más atractivos.
La rentabilidad de los bonos del Estado a 5 años
Dentro de las diferentes opciones de bonos del Estado, un plazo idóneo para los inversores suele ser el de cinco años, ya que es un plazo lo suficientemente largo para poner nuestro dinero y obtener unos flujos continuados de ingresos, pero no es tanto tiempo como para temer porque lo vayamos a necesitar en un momento dado.
En este caso, la rentabilidad de los bonos del Estado a 5 años en España ha seguido en parte la evolución de otros plazos. Eso significa que durante años apenas ofrecía rentabilidad, incluso llegó a ser negativa, mientras que en la actualidad ha llegado a máximos de hace 10 años.
Evolución de la rentabilidad del bono a 5 años:
La rentabilidad de los bonos del Estado a 5 años frente a otros plazos
Una de las características que hacen atractivos a estos bonos es que, al ser a largo plazo, nos suele proporcionar una mayor rentabilidad que, por ejemplo, la de las letras del Tesoro.
Así, por ejemplo, si tomamos la rentabilidad de los bonos del Estado a 5 años obtenida de media en 2023 y la comparamos con lo que pagaban las letras a 12 meses podemos comprobar esa distinción: en concreto, mientras que los primeros ofrecieron un 3,14% las segundas apenas llegaron de media al 1,5%. En otras palabras, invertir en bonos del Estado a 5 años no solo rentó el doble que invertir en letras, sino que nos permitió mantener nuestro poder adquisitivo frente a la inflación, que fue del 3%.
Entendiendo la rentabilidad de los bonos del estado
Pese a que las cifras anteriores parecen concluyentes, en realidad, solo cuentan una parte de la historia. En concreto, la de 2023. Así, si tomamos los datos en lo que va de 2024 la historia es diferente, ya que las letras han pagado de media un 3,51%, mientras que el bono a cinco años un 2,83%. La razón de esos cambios está en las políticas monetarias ejecutadas por el Banco Central Europeo (BCE).
La clave radica en que es el BCE el que pone precio al dinero a través de los tipos de interés. Así, a medida que su valor es más alto los ahorradores piden más interés por prestar su dinero y obliga a que los intereses de la deuda pública sean más elevados. Al fin y al cabo, no es coincidencia que se haya producido una fuerte subida de tipos en los últimos años y la rentabilidad de la deuda también haya subido.
Un último componente de la rentabilidad de los bonos de deuda pública tiene que ver con la política fiscal, es decir, las decisiones entre los gastos e ingresos en un estado. Hay que entender que a medida que la brecha entre ambos es mayor, el país entra en riesgo de quiebra y eso hace que los bonos puedan tener más riesgo. A más riesgo, los países deberán ofrecer un interés mayor para atraer a los inversores y compensar ese riesgo.
El efecto de la inflación
El último elemento clave es la inflación. El BCE sube los tipos para enfriar la economía y reducir la inflación, que es el aumento de los precios. Al fin y al cabo, si los préstamos son más caros y te pagan más por tener tu dinero guardado, al final, lo que estás haciendo es que la gente prefiera gastar menos, ahorrar más y endeudarse menos. Eso hace que el crecimiento sea menor y con ello enfriar los precios.
Roboadvisors para elegir bonos del estado
Como has podido comprobar, elegir unos bonos u otros, incluso otro tipo de deuda pública, no es tarea sencilla. Y es que conviene tener conocimientos financieros y económicos sólidos para poder escoger aquellos que ofrecen en este momento una rentabilidad mayor. No obstante, no siempre es necesario, ya que existen herramientas que nos ayudan a escoger qué tipo de bonos son los que más nos convienen. Esas herramientas son los roboadvisors.
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