Así se puede invertir en bonos fácilmente

Al gran economista John Kenneth Galbraith le fascinó que en los mercados siempre haya un comprador por cada vendedor. Eso quizás es más fácil de entender cuando los precios de los valores suben, pero lo enigmático es cuando caen en picado. Incluso, cuando su valor es negativo, como pasó al invertir en bonos durante muchos años. 

Ese aspecto no solo puede ser fascinante o enigmático, como explicaba Galbraith, sino que también habla muy bien de los mercados. Especialmente, del de los bonos, ya que podría decirse que siempre salen indemnes y fortalecidos, incluso en las peores situaciones. Además, van a más, puesto que cada año hay miles de millones más de ellos en circulación. Pero es que realmente esa es su función: ser un instrumento confiable para los inversores, especialmente cuando hay problemas.

¿Qué son los bonos?

Los bonos, también conocidos como instrumentos de renta fija, son deuda que emiten los Gobiernos y/o las compañías para obtener dinero, con el objetivo de dedicar esos recursos a proyectos específicos. A cambio, el emisor del bono se compromete a devolver la inversión con intereses, durante un período determinado.

Detrás de estos instrumentos hay un mercado inmenso, de billones de euros, y un gran número de actores. Por un lado, están los emisores, que pueden ser empresas, ayuntamientos, gobiernos o entes internacionales. Por otro lado, los compradores, que van desde pequeños inversores a grandes fondos. Por último, hay otros actores entre medias como las agencias de calificación que supervisan la calidad de los bonos o tribunales penales internacionales creadas para dirimir los procedimientos de impago.

Tipos de bonos

El mercado para invertir en bonos es inmenso y puede dividirse de muchas maneras. Las más importantes son:

  • Por su procedencia: aquí se diferencian entre estatales (gobiernos), corporativos (compañías), municipales, etc.
  • Por su calificación: grado de inversión (calificación superior) y high yield (calificación menor).
  • Por su duración: pueden ser a corto plazo, entonces son letras (suelen proceder de Gobiernos) a medio plazo, son los propios bonos, o a muy largo plazo, que son obligaciones o bonos perpetuos.
  • Por el proyecto que financia: una nueva clasificación que ha ganado mucha relevancia es dividir los bonos por los proyectos que financia, así tenemos bonos verdes o sociales, entre otros.

¿Cómo funcionan los bonos?

Los bonos funcionan como generadores de flujos, esto significa que ser propietario de ellos te permite recibir de forma recurrente un pago. Así, cuando el emisor saca al mercado los bonos, lo hace con un compromiso frente a los inversores de que devolverá ese dinero junto a los intereses, que es la parte que recibes cada mes. Esos intereses se conocen como ‘cupón’ (palabra que proviene de la época en que los cupones físicos se adjuntaban a los certificados de bonos) y representa un porcentaje de la cantidad pagada por ellos. 

Más técnicamente, a ese interés que paga el cupón se le conoce como tasa de interés del cupón o el rendimiento nominal (RN). Así, si vas a invertir 10.000 euros en bonos y su cupón es del 10%, recibirás 1.000 euros al año. Por último, ten en cuenta que los pagos normalmente se hacen de forma semestral o anual y que hay un pago especial, en la fecha de vencimiento, en la que se te devuelve tu capital inicial.

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Ventajas de invertir en bonos

Invertir en bonos tiene una serie de ventajas importantes.

  • Preservación del capital: los bonos representan una protección del valor absoluto de la inversión, al tener menos riesgo que las acciones.
  • Generación de ingresos: como hemos visto, los bonos proporcionan una cantidad fija de ingresos a intervalos regulares en forma de pagos de cupones.
  • Diversificación: invertir en bonos ayuda tener una cartera más diversificada. Primero porque suelen moverse en dirección contraria a las acciones, es decir, que equilibra nuestras inversiones. En segundo lugar, porque es un activo muy seguro. Por último, porque es un valor refugio cuando las cosas van mal o hay una inflación elevada.
  • Administración de riesgos: En general, se entiende que la renta fija conlleva un riesgo menor que las acciones. Esto se debe a que los activos de renta fija suelen ser menos sensibles a los riesgos macroeconómicos, como las recesiones económicas y los acontecimientos geopolíticos, incluso en ocasiones se ven beneficiados por ello al elevar los intereses que pagan.

Invertir en bonos a través de roboadvisors

Si quieres invertir en bonos, una buena elección son los roboadvisors. De forma resumida, un roboadvisor es un gestor automatizado que crea carteras de inversión en función del perfil financiero (y su perfil de riesgo) de cada usuario ayudado por algoritmos. La gran ventaja de esta automatización es, por ejemplo, que puedes acceder a un servicio a un coste muy reducido que antes solo estaba reservado a grandes patrimonios.

Pero este no es el único beneficio, sino que hay muchos más. Otra ventaja es que, al crear carteras, en este caso de bonos, creamos una cartera diversificada, ya que es una de las bases sobre las que se construyen los algoritmos. Por otro lado, no exigen cantidades mínimas elevadas y son plataformas intuitivas y fáciles de utilizar, lo que les transfiere confiabilidad. La suma de todas estas características ha permitido que la utilización de los roboadvisors haya crecido exponencialmente.

Invertir en bonos con inbestMe

inbestMe es una buena elección para invertir en bonos. La plataforma cuenta con una amplia gama de productos, incluyendo bonos verdes y bonos corporativos, y una experiencia en España, junto con una oferta amplia de productos de renta fija, que te permitirá crear una cartera adaptada a tu perfil y riesgo. Además, a unos precios muy competitivos.

En cuanto al proceso, además, es muy sencillo. En primer lugar, debes acceder a su apartado de renta fija en el que podrás encontrar dos tipos de carteras diferentes: una más enfocada a preservar el capital, denominada Prudente, y otra que busca maximizar la rentabilidad, que se llama Atrevida. En ambos casos, la cantidad mínima a invertir son 5.000 euros y ambas están preparadas para ofrecer una alta diversificación y estar configuradas para ser lo más eficientes en materia fiscal.  

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