Recordemos las ventajas de la indexación
La gestión indexada (o gestión pasiva), que recordemos, consiste en invertir a través de los principales índices (sea con fondos indexados o ETFs) ha hecho que la inversión sea algo más fácil… al menos en teoría.
Las carteras indexadas, como las que proponemos en inbestMe combinan fondos índice para poder diversificar y ajustar la inversión al objetivo/perfil de riesgo del inversor.
Nuestras carteras indexadas buscan igualar, en lugar de superar los rendimientos del mercado, tienen comisiones extremadamente bajas y están optimizadas fiscalmente.
Si contratas una o más carteras de fondos indexados, las mantienes durante décadas y no haces nada más, es probable que superes a casi todos los que intentan superar al mercado especulando, incluyendo a la mayoría de los profesionales. Hay pruebas estadísticas que así lo demuestran.
Indéxate pero no cometas errores
Sin embargo, y a pesar de la estadística, la mayoría de los inversores no consigue rentabilidades razonables. La mayoría de los inversores siguen invirtiendo en fondos de inversión y/o servicios financieros tradicionales, ineficientes y caros. En España la indexación apenas representa el 2%. En Europa no mucho más.
Pero es que los estudios demuestran que incluso los inversores que se indexan tampoco obtienen los resultados esperados. Es decir, lo que parece fácil al final no lo es tanto de acuerdo con los resultados siguientes.
Morningstar publica anualmente un informe que compara la rentabilidad de los inversores con la rentabilidad de los fondos en los que invierten. Por primera vez, el informe de 2024 también incluye las diferencias en los ETFs.
En este estudio, las rentabilidades de los fondos de inversión o ETFs se calculan como si un inversor hubiera comprado al inicio del periodo analizado, reinvirtiendo todos los ingresos o ganancias de capital, sin realizar retiros. Este método refleja el desempeño del fondo como una inversión estática, pero no considera el comportamiento real de la mayoría de los inversores.
Mientras que algunos inversores optan por comprar y mantener sus inversiones, otros compran y venden con frecuencia, influenciados por cambios financieros o emocionales. Para reflejar esta realidad, Morningstar ofrece una medida alternativa: los rendimientos del inversor, que tienen en cuenta los flujos de efectivo reales hacia y desde los fondos durante el período.
Los inversores que adoptan la estrategia de comprar y mantener suelen obtener rentabilidades del inversor cercanas a las rentabilidades totales reportadas de sus fondos. En cambio, aquellos que compran a precios altos y venden a precios bajos suelen experimentar rentabilidades significativamente inferiores a los reportados por el fondo.
En los últimos 10 años, hasta el 31 de diciembre de 2023, el estudio de Morningstar concluyó que, en promedio, los inversores obtuvieron un 6,3% anual, lo que representa 1,1 puntos porcentuales menos que las rentabilidades de los fondos de inversión y ETFs que poseían. Este resultado es consistente con investigaciones anteriores de Morningstar. Un 1,1% anual puede parecer poco, pero en la tabla siguiente vemos cómo se pueden convertir en cantidades muy relevantes por el efecto del interés compuesto y el tiempo (por ejemplo, de hasta 24.458 € para una inversión de 100.000 € en 20 años).
Es casi inevitable que exista una pequeña diferencia en la rentabilidad, ya que los inversores generalmente no invierten todo su dinero desde el inicio. Incluso para aquellos que son capaces de comprar y mantener sin perseguir rendimientos ni vender en pánico durante caídas del mercado, la paciencia es fundamental. Sin embargo, muchos inversores carecen de paciencia y frecuentemente realizan apuestas a corto plazo en segmentos o sectores específicos del mercado. Debido a sus menores costos y su mayor alineación con los índices de referencia, los fondos indexados o ETFs se han convertido en el vehículo preferido también para estrategias especulativas a corto plazo.
Los estudios sobre este tema no son nuevos y en este blog hemos tratado ¿por qué en general fracasamos como inversores?, obteniendo peores resultados de lo que sería razonable.
De hecho, de forma periódica publicamos nuestras rentabilidades y sabemos que estas diferencias pueden llegar a ser del 4,4% anual o 43% acumuladas, causando diferencias realmente abultadas como se observa en la tabla siguiente donde repetimos la tabla anterior, pero usando un 4,4%: esa diferencia se convierte en 136.957 € en 20 años para la misma inversión.
Planifica tus objetivos, indéxate y ten paciencia
Los fondos índice son instrumentos muy eficientes y rentables en términos de costes, pero eso no garantiza por sí mismo obtener una rentabilidad.
Estos datos demuestran que estadísticamente perseguir ganancias conduce a capturar pérdidas.
Evítalo y mantén la disciplina y no tomes decisiones de inversión impulsivas.
Establece claramente cuáles son tus objetivos financieros y segrégalos tanto como puedas por horizontes invirtiendo en diferentes tipos de carteras según sean de corto, medio o largo plazo: esto te ayudará a navegar mejor frente a la volatilidad del mercado lo que reduce la posibilidad de vender en medio del pánico en un mal momento. Más allá de errores de comportamiento, podemos estar cometiendo errores en nuestra planificación financiera.
Si sientes la necesidad de especular, limítate a una pequeña parte de tu patrimonio, por ejemplo no más del 5% salvo que seas un experto, pero sobre todo hazlo solo si tienes una gran disciplina, tiempo y un muy buen control de tu psicología financiera.
Repetimos lo dicho al inicio con otras palabras: si contratas una o más carteras de fondos indexados (o ETFs), las automatizas, te olvidas de ellas durante décadas y te dedicas a vivir la vida, es muy probable que superes en rentabilidad a todos esos inversores que se complican intentando vencer al mercado.