Históricamente, los mercados financieros han mostrado ciertos patrones estacionales que los estudios han identificado como anomalías estadísticas. Fenómenos como el Rally navideño, el efecto enero y otros efectos temporales han llamado la atención de inversores y analistas durante décadas. Sin embargo, la mayor eficiencia de los mercados en los últimos años ha hecho que estos efectos pierdan fuerza y relevancia.
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ToggleEl Santa Claus Rally: el optimismo navideño
Se acercan las fechas navideñas. El “Santa Claus Rally” (subidas en el periodo navideño) describe la tendencia del mercado a subir en los últimos cinco días hábiles de diciembre y los dos primeros de enero. Esto viene de que, según los estudios de Yale Hirsch, fundador del Stock Trader’s Almanac, en este periodo, el S&P 500 ha registrado ganancias en torno al 1,4% en promedio, con resultados positivos en aproximadamente el 80% de los años estudiados.
Posibles explicaciones:
1. Optimismo estacional y espíritu navideño.
2. Ajustes fiscales y estrategias de fin de año.
3. Menor presencia institucional, dejando el mercado en manos de inversores minoristas.
Aunque es un fenómeno interesante, no debe considerarse una garantía de rendimiento futuro, y este efecto si realmente existió igual que el efecto enero parece disiparse.
En todo caso, a este 2024 no le hace falta un rally navideño para acabar un muy buen año bursátil.
El January Effect: ¿sigue existiendo?
El January Effect (efecto enero), no tiene nada que ver con la “cuesta de enero”. En el mundo de la inversión hace referencia a la posible relación entre la rentabilidad de enero y el rendimiento del resto del año. Históricamente, parecía que cuando enero registraba pérdidas, el rendimiento de febrero a diciembre era bajo. Por el contrario, cuando enero era positivo, el resto del año tendía a mostrar un mejor comportamiento.
Fuente: Stocks For The Long Run: Jeremy J. Siegel (Sexta edición)
Sin embargo, este patrón ha perdido fuerza con el tiempo. Según los datos históricos (1928-2021) presentados en Stocks for the Long Run:
- En el período 1928-1994 (segunda tabla) los años con enero negativo registraron una rentabilidad media de 0,18% entre febrero y diciembre, mientras que los años con enero positivo lograron un 0,66% claramente mucho más alta
- Desde 1995 hasta 2021 (última tabla), incluso en los años en que enero ha sido negativo, el rendimiento entre febrero y diciembre ha sido positivo en promedio, alcanzando un 0,70% mensual.
Por lo tanto, aunque incluso en el pasado no estaba claro si se trataba de causalidad o casualidad, la relación entre enero y el resto del año se ha debilitado con el paso del tiempo, lo que indica que este efecto ya no tiene el poder predictivo que parecía tener.
Otros efectos estacionales destacados
Los mercados no solo mostraron patrones en diciembre y enero. Otros efectos estacionales han sido analizados a lo largo del tiempo, aunque su relevancia también ha disminuido:
- Efecto septiembre:
- Históricamente, septiembre ha sido el peor mes del año, con retornos negativos promedio.
- Las explicaciones incluyen la liquidación de activos tras el verano o factores psicológicos, como el fin del periodo vacacional.
- “Sell in May and go away” (vende en mayo y vete de vacaciones):
- Este refrán bursátil sugiere vender las acciones en mayo y regresar al mercado en noviembre.
- Se basaba en la observación de que los rendimientos tienden a ser más débiles entre mayo y octubre y más fuertes entre noviembre y abril.
- Aunque ha tenido cierto respaldo histórico, este efecto también ha perdido fuerza en los últimos años debido a la mayor eficiencia del mercado.
- Diferencias dentro del mismo mes:
- Los retornos en la primera mitad del mes son casi tres veces superiores a los de la segunda mitad, según estudios del Dow Jones Industrial Average.
- Esta tendencia se ha acentuado desde 1995, posiblemente debido a flujos automáticos de inversión vinculados a pagos de nóminas.
- Efectos del día de la semana:
- Lunes ha sido tradicionalmente el peor día de la semana, especialmente antes de 1995.
- Viernes solía ser el mejor día del mercado, aunque esta tendencia se ha invertido en las últimas décadas debido a nuevas estrategias de cobertura y ventas anticipadas.
- Mejores rentabilidades antes de días festivos:
- Los mercados tienden a registrar subidas significativas en los días previos a festivos importantes como Navidad, Año Nuevo y el 4 de julio (el 4 de julio es la fiesta de la independencia en Estados Unidos).
- Sin embargo, estos efectos también han perdido fuerza en años recientes.
¿Qué debe hacer el inversor?
Si quieres profundizar sobre estos potenciales efectos temporales, te aconsejo que leas el capítulo “Anomalías del calendario” del libro Stocks for the Long Run de Jeremy Siegel que trata en detalle la mayoría de ellas.
Como señala Siegel, aunque los patrones estacionales son fascinantes (los humanos tendemos a buscar control y sentido en lo que ocurre), no siempre se repiten ni ofrecen garantías. Muchos de estos efectos han desaparecido o se han debilitado debido a la anticipación de los inversores y la creciente eficiencia de los mercados.
“Históricamente, la ventaja de aprovechar estas anomalías ha sido pequeña, y nadie puede garantizar que perdurarán en el tiempo” concluye Siegel en su libro.
Intentar aprovechar estas anomalías o hacer market timing implica asumir riesgos innecesarios. La clave para el éxito sigue siendo:
- Ahorrar e invertir de acuerdo a tus objetivos financieros.
- Mantenerse firme en esos objetivos, sean a corto, a medio o a largo plazo, evitando caer en especulaciones sobre patrones temporales.