EE.UU.: los verdaderos objetivos de Trump

El revuelo causado por los movimientos impredecibles de Trump no debe llevar a engaño. En realidad, se trata de un plan que ha sido meticulosamente preparado antes del inicio de su segundo mandato.

Entender las ideas fundamentales que guían las decisiones de esta administración puede ayudar a anticipar su evolución.

La filosofía que sustenta las decisiones de política económica y comercial de la administración Trump puede reconstruirse a partir de algunas intervenciones de Bessent, el nuevo Secretario del Tesoro, y de Stephen Miran, jefe de los asesores económicos de Trump.

La idea central es que Estados Unidos está asumiendo costes que deberían recaer en otros países.

En particular, estos costes se refieren a:

1. Defensa: en el marco de la OTAN, Estados Unidos también paga por otros países que destinan un porcentaje mucho menor de su PIB a la defensa.

2. Dólar: Estados Unidos proporciona al mundo la moneda de reserva global. La gran demanda de dólares genera una sobrevaloración estructural de la divisa, lo que penaliza a la industria nacional en términos de competitividad en los mercados internacionales.

3. Apoyo al consumo global: el consumidor estadounidense ha asumido con el tiempo el papel de consumidor de última instancia de todos los bienes producidos a nivel global.

Ante este papel desempeñado por Estados Unidos, otras economías, especialmente Europa y China, pueden permitirse no estimular su demanda interna tanto como podrían, se financian a bajos tipos de interés, tienen monedas infravaloradas y esto les permite vivir de la exportación.

Según la nueva administración Trump, ha llegado el momento de que otros países también asuman parte de estos costos.

Este objetivo se puede alcanzar de varias maneras:

• Fomentando una depreciación del dólar y una apreciación de las demás monedas.

• Induciendo a otros países a estimular sus economías para reducir el déficit comercial estadounidense.

• Obligando a los países aliados a comprar Bonos del Estado de EEUU perpetuos (US Treasuries) si quieren seguir disfrutando de la protección de Estados Unidos.

• Imponiendo aranceles a las importaciones en EE.UU.

Se ha hablado mucho de un supuesto Mar-a-Lago Accord que podría incluir muchos de estos puntos.

En realidad, es probable que un acuerdo formal en estos términos nunca llegue a ver la luz, pero es evidente que estas ideas ya están en el centro de las negociaciones.

Vale la pena observar cómo las decisiones sobre la defensa europea y los estímulos fiscales en Alemania, presentadas como decisiones autónomas de sus gobiernos, son reivindicadas por la administración Trump como una victoria negociadora propia. Estas medidas van en la línea de compartir costos y del debilitamiento del dólar que la administración desea. Es muy probable que hayan sido objeto de discusión con Estados Unidos.De cara al futuro, debemos esperar que las negociaciones comerciales y las discusiones sobre defensa estén cada vez más entrelazadas, con la administración estadounidense siempre en busca de un “deal” (del inglés trato), como lo llama Trump, inspirado en las ideas mencionadas anteriormente.

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