El 7 de septiembre de 2021, el Tesoro Público, organismo dependiente del Banco de España, realizó la primera emisión de bonos verdes soberanos o bonos verdes del tesoro en la historia de España. En concreto, dicho organismo captó 5.000 millones de euros a un plazo de 20 años, que han servido para financiar proyectos que impulsan la transición ecológica y dirigidos a la mitigación y adaptación al cambio climático.
Pese a que desde aquello solo habían pasado unos dos años, en octubre del 2023, el Tesoro colocó por quinta vez una nueva ronda de financiación a través de bonos verdes del estado, en este caso fueron 1.604,18 millones. Con ello, España se consolida junto con otros países como un emisor fiable y sostenido de deuda verde que tanto interés está levantado entre los inversores y se acerca a su objetivo de alcanzar los 20.000 millones en circulación.
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ToggleBonos verdes y bonos verdes del tesoro
El concepto bono verde es el mismo en todos los casos: se trata de deuda que se destina exclusivamente para financiar o refinanciar proyectos verdes. Con el objetivo de dar más transparencia a los inversores, estos bonos deben de estar alineados con los ‘Green Bond Principles’ (GBP), que promueven la integridad del mercado de bonos verdes a través de directrices que recomiendan transparencia, publicidad y reporte de informes.
No obstante, los bonos verdes se pueden diferenciar según su procedencia, esto es, dependiendo de quién sea el emisor de esa deuda. En este caso, esa es la principal característica de los bonos verdes del tesoro, ya que tienen la particularidad de que son emitidos, y respaldados, por un país (en este caso España), lo que confiere un elemento de seguridad todavía mayor. Al fin y al cabo, hay que recordar que sigue siendo deuda que hay que devolver con intereses.
Bonos verdes del tesoro y bonos del tesoro: ¿son lo mismo?
A la hora de diferenciar productos financieros, en este caso deuda, se pueden hacer muchas clasificaciones: por el plazo, por el tipo de emisor, por la solvencia del emisor o por los objetivos de esa deuda. En este caso, la diferencia entre los bonos del tesoro y los bonos verdes del tesoro radica precisamente en el objetivo de cada uno, ya que como hemos visto el dinero recaudado no solo debe ir exclusivamente a proyectos verdes, sino que el propio Estado debe garantizarlo y demostrarlo con los informes pertinentes.
El marco de inversión sostenible de España
La emisión de los bonos verdes del tesoro por parte de España se encuadra en el objetivo de incrementar “la transparencia sobre los objetivos y la política medioambiental española, promover el desarrollo de la financiación sostenible y los mercados de capitales verdes en nuestro país y continuar diversificando la base inversora en deuda del estado”, según explica el propio Tesoro Público.
Como ocurre con otros bonos verdes, el Estado pone a disposición de todos los inversores los informes en los que se detallan las cantidades de dinero y los proyectos a los que han ido esos recursos. En concreto, los documentos de 2021 y 2022 (que se puede consultar aquí) revelan que el grueso del dinero se ha ido a financiar la iniciativa de transporte limpio. En este caso, se explica que “se ha optado por asignar las transferencias a favor de los gestores y administradores de la infraestructura (Adif y Adif AV) y del operador (Renfe Viajeros)” y que con ello se busca “promocionar el ferrocarril como modo de transporte”.
Análisis de la rentabilidad de los bonos verdes del tesoro
En cuanto a la rentabilidad que ofrecen los bonos verdes del tesoro hay que hacer dos consideraciones primero: por un lado, que por normal general sigue un poco la tendencia del resto de activos de deuda del mercado, es decir, que está influenciado por las tasas de interés impuestas por el Banco Central Europeo (BCE). Eso explica, por ejemplo, que en su primera emisión el interés que se pagaba era del 1,034%, mientras que la emisión de octubre llegó a pagar un tipo máximo (marginal) del 4,48%.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que este tipo de activos tienen una prima respecto a sus contrapartes públicas. En otras palabras, que pagan una rentabilidad mayor que otros ‘bonos normales’ que emite el Tesoro. Eso, de nuevo, puede verse con las rentabilidades que ofrece: así, por ejemplo, mientras que en octubre de 2023 el máximo interés que pagaban los bonos verdes del estado era de un 4,48%, la deuda pública a 10 años pagaba un 4%, a cinco años poco más de un 3,68% y a un año un 3,87%.
Rentabilidad a futuro de los bonos verdes del tesoro
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