Probablemente, habrás oído hablar tanto de los bonos de renta fija como del mercado de deuda de forma indistinta, ya que ambos términos son sinónimos. Aunque con un pequeño matiz técnico: los bonos son un tipo de deuda que tiene una duración determinada y conviven con otros tipos de deuda como las letras del Tesoro, deuda a más corto plazo, y las obligaciones, deuda a muy largo plazo.
En pocas palabras, los bonos de renta fija son títulos negociables que emite un emisor, puede ser público o privado, para captar fondos a cambio de comprometerse a devolver la cantidad prestada en un plazo determinado y pagando unos intereses también conocidos. La clave de estos productos es que son uno de los activos favoritos por los inversores.
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Toggle¿Por qué el mercado de bonos de renta fija es tan atractivo?
El gran atractivo de los bonos de renta fija reside en que el inversor conoce en todo momento cuando se le devolverá el dinero y la rentabilidad que obtendrá por ello. De hecho, precisamente esa es su definición: títulos negociables que emite un emisor, que más tarde debe devolver en un plazo y con unos intereses conocidos. De ahí también el nombre de renta variable como su contraparte.
En la actualidad, el mercado ha atraído con fuerza a los inversores, gracias a que esa rentabilidad conocida ha crecido notablemente. La razón es que los intereses están estrechamente ligados con los tipos de interés que delimitan los bancos centrales, también conocido como precio del dinero, y que actualmente está en máximos. Eso ha provocado que los bonos de renta fija ocupen un porcentaje muy importante de la cartera de inversión de cualquier inversor.
¿Cómo funcionan los bonos de renta fija?
Los bonos de renta fija funcionan de forma sencilla: en primer lugar, los títulos son emitidos por una empresa u organismo público. En segundo lugar, el abono de los intereses se realizará normalmente mediante cupones periódicos fijos durante la vida del bono. Por último, una vez cumplido el plazo se devuelve el principal con el último cupón de intereses.
Pese a que lo anterior refleja la vida de cualquier bono, hay algunas particularidades. Lo más importante es que, como ya hemos mencionado, se trata de un título negociable, lo que significa que está cotizando en un mercado y su valor varía. En este caso, su valor sube o baja dependiendo de la rentabilidad que ofrecen los nuevos bonos que se emiten, de tal manera que si ofrecen más rentabilidad el precio de los antiguos bajará y viceversa. De ahí, que en la actualidad los inversores estén tan interesados en los bonos de renta fija, ya que los tipos de interés deberían ir bajando próximamente.
Las ventajas de los bonos de renta fija
Más allá del buen momento que viven los bonos de renta fija, los inversores siempre los incluyen en sus carteras de bonos porque, además, ofrecen otras muchas ventajas como:
- Protección contra la inflación: al ofrecer una rentabilidad conocida podemos optar por adquirir aquellos con una rentabilidad superior a la inflación, lo que nos ayuda a mantener nuestro poder adquisitivo.
- Proporciona un flujo de ingresos: la rentabilidad que ofrecen no solo es conocida, sino que llega a nosotros de forma recurrente. Eso ofrece un respiro para los inversores, ya que pueden decidir reinvertir ese dinero o utilizarlo para otros fines.
- Diversificación: el número de bonos es enorme, por lo que una cartera construida con este tipo de activos puede ser enormemente diversificada en plazos, geografías e incluso riesgos. Además, también sirve de contrapeso con la renta variable, porque suelen estar indirectamente relacionadas.
- Reducción del riesgo: otra ventaja de los bonos de renta fija es que por lo general son productos con muy poco riesgo, especialmente, aquellos que emiten los países.
¿Cómo seleccionar bonos de renta fija?
Las muchas ventajas de los bonos de renta fija les convierten en un activo obligatorio en cualquier cartera de inversión. No obstante, elegir los que mejor se ajustan a la de cada uno es algo más difícil, ya que dependerá de diferentes factores. Aunque siempre se debe seguir una máxima: en todo caso, los bonos que incorporemos deben estar alineados con nuestro perfil de riesgo y los objetivos que queremos lograr. En función de eso, los criterios a tener en cuenta son:
- La calidad crediticia de los emisores: se trata de un punto clave, ya que determinará el riesgo de nuestra inversión. En condiciones normales, lo recomendable es siempre elegir aquellos con una calificación de grado de inversión segura, puesto que así nos aseguramos de que nuestro dinero esté a salvo.
- El interés ofrecido: como conocemos el interés de cada bono, podemos elegir aquellos que más se adecuen a nuestras necesidades. Eso sí, ten en cuenta que a más rentabilidad también más riesgo, por lo que debes encontrar un equilibrio.
- El plazo de vencimiento: en este apartado debes tener en cuenta que a medida que el plazo es mayor, la rentabilidad también suele serlo (aunque no siempre).
Elegir bonos de renta fija a través de inbestMe
Si te han convencido todas las bondades que ofrecen los bonos de renta fija, el último paso es el de encontrar una plataforma que te ayude a invertir en ellos. Para ello, una buena opción es la plataforma inbestMe, se trata de un robo advisor que ofrece carteras automatizadas a unos precios muy competitivos y que no solo tiene más de un lustro de vida en España, sino que acumula distintos premios por su labor.
En cuanto a los productos que ofrece, inbestMe cuenta con dos tipos de carteras: una Prudente, con la que los inversores más conservadores se sentirán más a gusto. Otra, denominada Atrevida, que incorpora activos con mayor rentabilidad y más riesgo. Ambas elecciones, además, se hacen ajustándose después a la situación de cada usuario y posteriormente es revaluada y equilibrada por el equipo de expertos de la plataforma para ofrecer el mejor resultado posible.