¿Qué tienen que ver la inversión y los cisnes negros?

¿Qué es un cisne negro?

¿Has visto alguna vez un cisne negro? Lo más probable es que no, yo al menos no he visto ninguno.

¿Quiere esto decir que no existan los cisnes negros? Pues no. La realidad es que creemos que no existen porque la mayoría no hemos visto ninguno y, por tanto, creemos que no son posibles. En su memorable libro que recomendamos, Nassim Nicholas Taleb «The Black Swan» nos define lo que es para él un cisne negro:

  • un evento raro, ya que está fuera de las expectativas,
  • que tiene un impacto extremo,
  • y que después de haberlo sufrido lo convertimos en explicable o predecible.

Pues bien, parece que el año 2016 va a caracterizarse por haber sufrido  2 o puede que 4 cisnes negros:

  • las encuestas predecían que el Brexit fracasaría
  • las encuestas predecían que Trump perdería.

Estos ya son dos, pero es que además en caso de que estos dos eventos ocurrieran, se esperaba un tremendo impacto en los mercados. De momento parece que no se haya producido, y si realmente estos dos eventos acaban no impactando los mercados, ¿ésto podría ser considerado cómo otros dos cisnes negros? Antes y después de las elecciones americanas hemos visto numerosos artículos, por un lado, examinando las posibilidades de los candidatos y, por otro lado, estimando el impacto que tendría una hipotética victoria de Trump…. y está claro que la mayoría han fracasado. Pero, siguiendo la definición de cisne negro, ahora ya hay mucha gente que empieza a encontrar la explicación para la victoria de Trump.

¿Qué nos dice la historia sobre el impacto real de un nuevo presidente?

De la numerosa información publicada estos últimos meses me quedo con este resumen:

  • la volatilidad de los mercados bursátiles 100 días antes de las elecciones se multiplica temporalmente por más de 10 respecto a lo que pasa 100 o 200 días después.
  • la rentabilidad promedio del mercado americano en años de presidencia republicana es del 11%, ¿y la de los demócratas?, la misma.

Seguramente los que tomaron decisiones urgentes antes, durante las horas previas o posteriores al Brexit o al «Trump is president» se precipitaron. Sin embargo, a corto plazo ha supuesto una rotación en los sectores que más se pueden beneficiar con las políticas de Trump. En 200 días o en 1 año lo más probable es que todo sea una anécdota y haya otras cosas más que nos preocupen.

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La inversión y los cisnes negros

¿Qué lecciones podemos tomar de todo esto? Una posibilidad es intentar pensar «out of the box», como si nos miráramos el mundo desde el exterior. Pero eso no es fácil. Las alternativas a eso tan complicado son:

  • Intentar pensar en probabilidades y que lo poco probable no quiere decir imposible. El hecho de que Trump solo tuviera un 30% de probabilidades de ser presidente no quería decir que no pudiera ser presidente. Ese 30% le bastó para serlo. Lo más improbable puede ocurrir. Debemos estar preparados para cisnes negros. Tal como Nassim nos dice en su libro, «Piensa en el ataque terrorista del 11 de septiembre: si el riesgo hubiera sido razonablemente concebido en el día anterior, el 10 de septiembre, simplemente no hubiera ocurrido».
  • Tener un plan de inversión de largo plazo, con el que nos sintamos cómodos, incluso que nos permita seguir con él ante la volatilidad asociada a cisnes negros. La mejor forma de conocer con certeza nuestro perfil de inversor es comprobar que nos sentimos cómodos con él ante estas situaciones imprevistas. Si tenemos tentaciones de reducir nuestro riesgo es que no nos sentimos cómodos con él. Nuestro perfil de riesgo no debe depender de lo que haga el mercado en el corto plazo, sino de nuestras circunstancias personales y capacidades financieras.

Si no tienes un plan de inversión puede ser el momento de tenerlo. Nuestras carteras están diseñadas para comportarse razonablemente bien en el largo plazo y en  cualquier situación de mercado.

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