Nadie es capaz de predecir los mercados

Las predicciones fallan un 30% de las veces.

Constantemente leemos predicciones de los gurús de los mercados o de la economía.

¿Pero sirven para algo estas predicciones?

Los analistas normalmente se especializan en un sector y siguen pocas empresas para poder acertar más en sus análisis. Pues a pesar de esto,  estudios revelan que en general los analistas no aciertan en prever tan siquiera, cómo las acciones de las pocas compañías que siguen, en las cuales son especialistas, van a evolucionar.

Basta con mirar este estudio extraído de un artículo reciente dónde podemos observar que después de analizar más de 1.5 millones de estimaciones consensuadas durante un periodo de 33 años, mostró que la media de la desviación absoluta en la previsión de los beneficios, 12 meses antes de su publicación, superaba el 30%.

Por lo tanto, prever el futuro aún para un experto, y para una única compañía, no parece tarea fácil, a tenor de los resultados.

¿Y que tal prever los resultados de una forma más agregada? ¿ Es más fácil prever la dirección que va a tener un mercado globalmente?

Pues a juzgar por el cuadro anterior el resultado tampoco es mucho mejor a la hora de prever por ejemplo la evolución del DAX en los próximos 12 meses (el DAX, índice principal de la bolsa alemana, ha sido durante los últimos años uno de los mercados más sólidos en Europa).

La desviación media aquí se sitúa algo mejor pero sigue siendo considerablemente alta, y cercana al 20%.

Eso quiere decir que con el DAX situado a 10.731, un inversor no debería sorprenderse en que este acabara en un rango situado entre los 8.650 puntos y los 12.810!

Cómo invertir

Estos resultados no nos deberían sorprender, el futuro no es ni anticipable ni predecible. Nos atrevemos a afirmar que los analistas financieros nunca  van a estar en disposición de predecir eventos inesperados, crisis económicas, guerras, desastres naturales, cambios tecnológicos o descubrimientos que cambian el mundo.

Inbestme, obviamente, no por ello  dejará de estar pendiente de lo que pasa en el mundo, en la economía y más específicamente en los mercados, y seguir todos los analistas que más la aciertan: al final, no deja de haber un 70% de previsiones que sí se cumplen. Este 70% cuando se invierte en empresas, es normalmente más que suficiente para compensar el otro 30%. Pero nos da otra lección: el inversor que invierte directamente en empresas debe acostumbrarse a ver una parte de su cartera en negativo, digamos como máximo ese 30%. Pero eso no debe ser un problema para que el otro 70% genere jugosos retornos que en total sean más que suficientes para batir el mercado.

Aún así es importante tener en paralelo, una sistemática de inversión que no dependa intrínsecamente de adivinar el futuro y que las previsiones acierten o no.

La mejor estrategia es tener un plan de inversión que guíe nuestras inversiones, en el largo plazo,  pase lo que pase, porque al final el secreto en el mundo de la inversión es que no hay secreto.

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