Los errores más comunes de los inversores

Es curioso que, a pesar de vivir en la era de la información y disponer de grandes fuentes de conocimiento, como blogs y libros escritos por expertos en inversión, la gran mayoría de los inversores sigue cometiendo los mismos errores de siempre.

Cuando tomamos decisiones que afectan a nuestro patrimonio es vital evitar cometer errores ya que esto puede afectar muy negativamente al valor de nuestras inversiones. Es por este motivo que, a continuación, queremos ayudarte a ser consciente de los errores más frecuentes cometidos al invertir. Por favor, presta mucha atención y tenlos en cuenta si ya inviertes o estás pensando en invertir:

1. Las prisas y la avaricia

En una de nuestras charlas que realizamos en twitter con otros expertos en inversión, hablando sobre errores comunes al invertir, el bloguero @LegoInversores nos comentó: “La mayoría derivan de la avaricia y los excesos. Las prisas y el afán de enriquecerse pronto conlleva a asumir demasiados riesgos, y perder dinero». Y así es.

Uno de los errores más comunes es querer enriquecerse rápidamente en vez de invertir a largo plazo. Esta falta de paciencia provoca que muchos inversores vendan al cabo de poco tiempo si ven que no están ganando mucho o, incluso, si ven que están con pérdidas.

Muchos piensan que pueden acertar comprando y vendiendo constantemente y, en realidad, es todo lo contrario. Lo que suele suceder, es que muchos de estos inversores se equivocan comprando cuando el mercado está al máximo y vendiendo cuando baja.

En cambio, el inversor a largo plazo, aunque no pueda acertar siempre el momento de entrada, tiene la suficiente paciencia de esperar el tiempo necesario para que su cartera madure positivamente. De este modo puede beneficiarse de la tendencia alcista de los mercados, a largo plazo, y beneficiarse también del interés compuesto.

2. No conocer dónde se está invirtiendo

Otro de los errores más comunes al invertir es no conocer dónde se invierte ni los riesgos asociados. Esto comporta que algunos inversores tengan expectativas demasiado altas que después no vean cumplirse o, también, que otros se asusten al ver que su inversión está en negativo.

3. No conocer la capacidad emocional del inversor

Hay muchos inversores que toman malas decisiones en momentos críticos. La toma de malas decisiones es uno de los errores que más perjudica a la rentabilidad.

Un buen inversor debe “tener estómago en los momentos más difíciles” (@eljoveninversor) y mantener el plan que se había marcado previamente pase lo que pase.

Los factores que producen esta toma de malas decisiones son:

– Temor a la pérdida: este factor provoca que el inversor retire el capital en el peor momento para ejecutar su retirada.
– Tomar decisiones sin considerar todas las implicaciones.
– Poca diversificación en los activos.
– Hacer lo que hacen los demás y seguir a la masa.
– Dejar de hacer una acción o algo por un error cometido en el pasado.

En definitiva, para obtener una buena rentabilidad lo ideal es que el inversor, una vez tenga definida la estrategia, la ejecute independientemente de lo que vaya sucediendo en el mercado. Es indispensable controlar el miedo y las emociones que producen las caídas de los mercados y verlas como oportunidades de comprar más barato.

“Mucha gente no es capaz de aislarse del sentimiento del mercado y si hay pesimismo ellos son pesimistas. Hay que tener estómago para lidiar con la volatilidad.” (@eljoveninversor)

“… es un error el no conocernos lo suficiente como para saber cómo nos comportaremos frente a una caída de los mercados.” (@CapitalistAnt)

4. No tener un plan definido

Es importante conocer nuestros objetivos financieros y tener un plan bien definido en el tiempo. Esto permite al inversor saber en qué situación financiera se encuentra y dónde se quiere llegar. De este modo, podrá establecer las estrategias más adecuadas para conseguir sus objetivos financieros e ir adaptando el plan según los cambios del mercado.

5. Tener un mal asesoramiento

Muchos inversores caen en el error de dejarse asesorar por entidades que, sin independencia, sólo quieren venderles sus propios productos. Un buen asesoramiento debe ofrecer acceso a la enorme cantidad de activos que existen en el mercado, favoreciendo una mayor diversificación.

6. No tener un conocimiento

Algunos inversores cometen el error de invertir sin tener ningún conocimiento financiero y sin saber ciertos conceptos esenciales para poder tomar buenas decisiones. Un inversor debe emplear tiempo en formarse y entender bien todo lo que envuelve a la inversión.

En conclusión, el inversor debe entender que de la misma manera que puede hacerse rico muy rápidamente también puede empobrecer muy rápidamente. Por ello, es mejor apostar por el largo plazo. También, debe formarse en el ámbito de la inversión, conocerse emocionalmente para saber cómo afrontará los momentos críticos y tener un buen asesoramiento financiero que le proporcione una buena diversificación de activos con bajas comisiones.

Comparte este artículo:
LinkedIn
Facebook
Twitter
Telegram
WhatsApp