Invierte en activos y evita tener pasivos

Los activos de una empresa son lo que una compañía posee. Incluye edificios, maquinaria, ordenadores, software, pero también stocks, cuentas a cobrar de clientes y cuentas corrientes en bancos.

En el pasivo constan las fuentes de financiación que permiten financiar esos activos. Incluye el capital propio, pero también deudas a largo plazo o corto plazo o las cuentas a pagar a los proveedores.

Activos y pasivos en la economía familiar

Aunque la economía familiar no es una empresa, aplicar ciertos conceptos financieros puede ser de gran ayuda. Igual que en una empresa, en una familia tenemos activos, por ejemplo: nuestra vivienda, nuestro coche, participaciones en una empresa, inversiones financieras o cuentas corrientes. Pero, por otro lado también tenemos pasivos: préstamos personales, hipotecas, el saldo de la tarjeta de crédito etc.

Veámoslo con un ejemplo, cuando adquirimos un coche con un préstamo personal adquirimos un activo (el coche) y a la vez creamos un pasivo: el préstamo que deberemos devolver (normalmente en cuotas mensuales). Es decir, comprometemos parte de nuestros ingresos futuros para pagar el préstamo del coche.

Otro ejemplo, cuando compramos una vivienda, adquirimos un activo y normalmente a la vez creamos un pasivo, la hipoteca que nos ayuda, ya sea parcialmente o totalmente, a financiar la adquisición de la vivienda. Es decir “hipotecamos” parte de nuestros ingresos futuros para pagar la hipoteca de nuestra vivienda.

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Activos y pasivos: la visión prudente

Cuando nos endeudamos creamos pasivos y esos pasivos tienen un coste, el tipo de interés que detrae riqueza de nuestra economía familiar.

Es por ello que se acostumbra a recomendar controlar nuestro endeudamiento, es decir los pasivos que generamos en nuestra economía familiar. La visión prudente es limitar ese endeudamiento a un determinado porcentaje de nuestros ingresos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) sugiere que el nivel de endeudamiento debe representar no más de un 30% de los ingresos familiares. Si estamos por encima de este límite significa que estaríamos asumiendo demasiados riesgos en el uso del crédito.

Un ejemplo bastante común que muestra lo negativo de endeudarnos de forma indiscriminada es el uso del crédito de nuestra tarjeta de crédito. Así como una hipoteca tiene un tipo de interés muy ajustado, el uso del crédito de la tarjeta implica estar pagando tasas de interés efectivas de doble dígito que erosionan de forma indiscutible la economía familiar. Por lo tanto un consejo claro es evitar el uso del crédito de nuestras tarjetas

La visión financiera prudente es la que recomienda evitar endeudarse y en caso de hacerlo limitar esa deuda a un ratio razonable de nuestros ingresos y pagar nuestras deudas lo antes posible. También conviene no contraer deudas adicionales antes de cerrar deudas anteriores. Recordemos que las deudas generan tipos de interés que incrementan nuestros gastos y limitan la posibilidad de crear riqueza en nuestra unidad familiar.

Activos y pasivos visiones prudentes aún más extremas

Una visión más extrema sería la del movimiento FIRE. En ese movimiento el endeudarse no tiene lugar, ya que se trata de ahorrar e invertir de forma muy activa.

Otras visiones también cuestionan lo que son realmente activos. ¿Una economía familiar puede considerar un coche como un activo? Pues es muy discutible. Un coche tan pronto lo compras se deprecia de un 30% a un 50%, y provoca gastos constantes, seguro, gasolina, aparcamiento, impuestos, mantenimiento etc. Es muy discutible pues que un coche sea un activo para una familia, si no más bien un pasivo que te genera gastos. Hoy en día empezamos a tener opciones a la compra de un coche vía el pago por uso¹. Si hacemos un uso esporádico del coche seguramente será mucho más beneficioso pagar por ese uso que pedir un préstamo para comprar un coche.

Robert Kiyosaki autor del Best Seller “Padre Rico, padre pobre”², bastante en línea con el punto anterior del coche, hace una definición de activos y pasivos algo más extrema.

”Un activo es algo que pone dinero en mi bolsillo”, por ejemplo, dividendos, rentas intereses…

”Un pasivo es algo que extrae dinero de mi bolsillo”, o sea genera gastos y detrae riqueza de mi unidad familiar.

Bajo esta concepción, Kiyosaki llega a plantear que incluso una casa es un pasivo. Cuando compramos una casa no solo nos hipotecamos (creamos un pasivo) sino que además nos enfrascamos en gastos adicionales de mantenimiento, servicios, etc., asociados a esa casa.

Probablemente detrás de esta concepción de Kiyosaki hay temas culturales/sociales diferenciales. En España, por ejemplo, la vivienda es considerada una de las mejores inversiones. En otras ocasiones ya hemos hablado de lo que representa la inversión inmobiliaria, y de si es mejor la inversión financiera o la inmobiliaria

Lo que Kiyosaki transmite en su libro, no sin falta de razón, es que la decisión de comprar una casa tiene un coste de oportunidad muy alto. Es decir, invertir en una casa nos impide la oportunidad de invertir en otros activos antes, que sí nos ponen dinero en nuestro bolsillo, y que no generan gastos adicionales. Kiyosaki muestra así las diferentes visiones de sus dos padres “Uno creía (el padre pobre): «Nuestra casa es nuestra mayor inversión y nuestro mayor activo». El otro creía (el padre rico): «Mi casa es un pasivo, y si tu casa es tu mayor inversión, estás en problemas».

En cuanto a la primera vivienda puede ser cuestionable esta concepción, ya que la alternativa a no comprar puede ser aún más cara. Pero de nuevo ahí se suman temas culturales/sociales. El español medio piensa así porque está pensando en no moverse de su ciudad de nacimiento. Para una persona que tenga que moverse por el mundo el comprar una vivienda es claramente un pasivo. Y si reflexionamos un poco más veremos que una segunda residencia puede ser sin duda un gran pasivo.

Más allá de la discusión sobre si una casa es un activo o un pasivo, sí compartimos totalmente la visión de Kiyosaki que es importante empezar cuanto antes a invertir en activos que pongan dinero en nuestro bolsillo, sean dividendos de acciones, incremento de valor, intereses, beneficios de un negocio o rentas inmobiliarias. Curiosamente esta concepción tan capitalista de Kiyosaki coincide con la que vimos de FIRE.

Invertir en activos con pasivos

Hemos visto en el punto anterior cuán importante es irnos dotando de activos que nos generen ingresos.

Una visión más radical y seguro menos prudente, además, reservada exclusivamente para inversores muy sofisticados es la que consiste en invertir en activos usando pasivos.

Volvamos a poner un ejemplo del sector inmobiliario. Podemos decidir invertir en inmuebles apoyándonos en un crédito hipotecario (parcial o totalmente) con el fin de alquilarlos. Esto funciona mientras el ingreso esperado (retorno de la inversión, en este caso los alquileres que generamos) sea claramente superior al coste del pasivo, es decir en este caso el tipo de interés que pagamos de la hipoteca.

Esto es a lo que están jugando hoy en día los bancos centrales. Están reduciendo el coste del dinero a 0 o a tipos negativos para estimular la inversión de todo tipo.

Imaginemos que somos capaces de comprar y alquilar una vivienda que nos genera un 5% (neta de todos los gastos) sobre la inversión mientras que el banco nos pide un 1,5% de interés por la hipoteca. En este caso tendríamos un activo-pasivo que nos genera un 3,5% neto (5%-1,5%). Hemos puesto de nuevo el ejemplo inmobiliario porque es fácil de entender. Este tipo de “negocio” es muy popular en España. Lo que muchos olvidan es comparar este “negocio” con otras alternativas. Por ejemplo, la inversión financiera puede ser más rentable (y más líquida) que la inversión inmobiliaria. En todo caso recordemos que conviene diversificar nuestras inversiones.

El proceso de endeudarse para crear riqueza es lo que hace constantemente un empresario o los inversores muy avanzados que conocen bien los activos en que invierten y los riesgos que corren. El inversor menos sofisticado no tiene ni debe complicar su vida familiar. Este tipo de operativa exige tener un control muy sofisticado de que somos capaces de generar en los peores momentos rentas suficientes para pagar nuestros pasivos. Por eso no es recomendable para la mayoría de familias. Exige tener una formación similar a la de un empresario, es decir una cultura financiera y conocimientos del negocio y contables importantes.

Dicho esto, tener formación y adquirir esta capacidad nos puede ayudar a obtener nuestra independencia financiera más rápidamente o con más holgura. En definitiva el libro de Kiyosaki va en esta dirección.

Invierte en activos y controla tus pasivos

De todo lo comentado anteriormente está claro que una economía familiar no es muy diferente a una empresa. Una familia debe dotarse lo antes posible de activos que generen rendimientos. Para ello lo más prudente es al principio controlar bien nuestros gastos, ahorrar e invertir lo antes posible y limitar nuestros pasivos. Para ello puede ser importante hacer un presupuesto familiar y tener un buen control de nuestros ingresos y gastos.

Por otro lado tenemos que tener claro que no invertir (no asumir ningún riesgo) es en sí mismo un riesgo: el de perder poder adquisitivo y no tener nunca una cierta independencia financiera. Cada uno tiene que invertir a su ritmo, teniendo claros sus objetivos financieros y conociendo su perfil de riesgo. Si solo ahorramos y no invertimos no estaremos añadiendo activos en nuestro balance familiar limitando nuestra capacidad de generar rendimientos con nuestros ahorros.

Más allá de esto es recomendable formarse financieramente. Una vez obtenemos cierta formación podremos plantearnos retos financieros más complejos.

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¹ El carsharing o el coche compartido o incluso la pertenencia a clubes de coches es un modelo de alquiler de coches en el que las personas alquilan coches por períodos cortos de tiempo, a menudo por horas. Se diferencia del alquiler de coches tradicional en que los propietarios de los coches suelen ser personas particulares, y el facilitador de coches compartidos es generalmente distinto del propietario del coche. El carsharing forma parte de una tendencia más amplia de movilidad compartida. Si no hacemos un uso extensivo del coche es una variante que deberíamos estudiar antes de comprar un coche. 

² Padre Rico, padre pobre” de Robert Kiyosaki es un best seller que transmite la visión contrapuesta entre un padre empresario (el rico) y un padre prudente (o educado) y las diferentes actitudes que supone ante los retos familiares y financieros. Kiyosaki a través de la visión contrapuesta de sus dos padres, aprovecha para mostrar la visión capitalista y emprendedora de su padre rico y la visión más tradicional de su padre pobre (o educado). Algunos de sus mensajes y formas de hacer dinero son algo extremos y algunos cuestionables en el entorno actual, pero aun así transmite mensajes muy interesantes sobre la necesidad de asumir riesgos, la necesidad de adquirir una mínima cultura financiera, lo importante de acumular activos que generen rendimientos y de minimizar nuestros pasivos. Sobre este punto insiste en la necesidad de “pagarnos primero” (ahorrar e invertir para el futuro) antes de pagar a los demás. En todo caso Kiyosaki ha sabido hacer de su libro y de todo lo que lo rodea un gran negocio (varios libros, clases, juegos), muy en línea de lo que transmite.

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