Dónde invertir : lo conocido y el más allá

Dónde invertir : hacerlo sólo en lo que conocemos puede aumentar nuestro riesgo

En las decisiones diarias tendemos a preferir lo que es familiar. Vamos a comer a los mismos restaurantes, frecuentamos los mismos destinos, compramos los mismos productos en las mismas tiendas.

Esta tendencia, que en Inglés se llama «familarity bias», nos lleva a preferir lo que conocemos de lo que no conocemos. Lo saben bien los profesionales del marketing cuando, con la continua repetición de mensajes, consiguen que una determinada marca nos sea familiar. A aquello que conocemos asociamos, a veces inconscientemente, una connotación positiva mientras desconfiamos de lo que no nos es familiar.

Al igual que todos los demás atajos heurísticos (razonamientos intuitivos que nos permiten tomar decisiones con rapidez en situaciones complejas y / o información incompleta), el concepto de familiaridad es útil en la orientación de muchas de las decisiones que tomamos en nuestra vida diaria, pero a veces también puede tener algunas desventajas. En el campo de la inversión la tendencia a asignar recursos en aquellos activos financieros con los que uno está familiarizado puede conducir a la construcción de carteras menos optimizadas en términos de riesgo y rendimiento esperado. En el momento de decidir dónde invertir, buscar sólo en lo que conocemos no es lo óptimo.

En el ámbito de la psicología financiera, este fenómeno es conocido como «home bias» e implica sobreponderar la inversión interna, del país, con respecto al exterior. Si en el pasado esto podría ser debido a las restricciones legislativas, dificultad de acceso a los mercados extranjeros o falta de información, la preferencia por los valores nacionales parece menos justificada en el mundo globalizado e hiperconectado en el que vivimos. Para ser justos en los últimos años se está registrando una cierta tendencia a corregir este desequilibrio, pero la actitud de sobreponderar las inversiones domesticas permanece.

Incluso los inversores institucionales tienen un sesgo en invertir en lo que más conocen- Fuente JP.Morgan

Dónde invertir: lo familiar reduce nuestra diversificación

La familiaridad con los activos financieros domésticos genera una presunción de competencia que a su vez se traduce en exceso de confianza con respecto a la capacidad del inversor para predecir los rendimientos. También ha sido observado que los residentes en un determinado país tienden a ser más optimistas sobre el futuro rendimiento de una inversión nacional que los inversores extranjeros («relative optimist»). El mayor rendimiento esperado de las acciones nacionales y un mayor riesgo percibido de las extranjeras (a causa del miedo a lo que no nos es familiar), alimentan la tendencia al «home bias».

En los períodos de crisis, los inversores suelen vender valores extranjeros y se refugian en las nacionales en el momento de decidir dónde invertir, con el resultado de concentrar sus riesgos financieros justo en un momento en el que un mayor grado de diversificación, sería deseable.

La tendencia al home bias disminuye a medida que el grado de sofisticación de los inversores aumenta, pero se ha probado que también los gestores profesionales tienden a manifestar una cierta preferencia hacia los valores nacionales.

Las carteras que proponemos en Inbestme tienen una alta diversificación en clases de activos y en regiones con una visión mundial. Esta diversificación se hace para lograr una óptima distribución de activos en función del perfil del inversor afín de conseguir un proceso de inversión más seguro y obtener más dinero por tus ahorros, optimizando la relación entre rentabilidad y riesgo.