Diferencias entre depósito y fondo de inversión

El número de ahorradores que deciden empezar a invertir sus ahorros es cada vez mayor, pero muchos no tienen muy claro cómo hacerlo. Han oído hablar de fondos de inversión, pero sus familiares cercanos siempre han invertido en depósitos a plazo fijo. ¿Cuáles son las diferencias entre un depósito y un fondo de inversión? Te lo contamos.

¿Qué es un depósito?

Empecemos por los depósitos, que seguramente sea lo que más cerca te queda. Un depósito bancario es un producto financiero que se basa en que una parte presta dinero a la otra a cambio de que ésta se lo devuelva en un determinado plazo con o sin intereses.

Esto quizá ha sonado un poco técnico, pero es fácil de entender. Tu cuenta en el banco es un depósito. Esa cuenta, en realidad, es dinero que le estás prestando al banco, y que él está obligado a devolverte tan pronto como lo reclames.

En ese caso, hablamos de un depósito a la vista. Es decir, el banco está obligado a devolverte el dinero en cuanto lo pidas. Y, además, está cubierto por el FGD del Estado (hasta 100.000 € por titular y cuenta), por lo que es una inversión muy segura. Tan segura que no da nada de rentabilidad.

Si quieres conseguir rentabilidad con los depósitos, tendrás que optar por los depósitos a plazo, en los que te comprometes a tener un dinero en dicho depósito hasta que transcurra el tiempo acordado. También está cubierto por el FGD, pero, en este caso, sí recibirás una rentabilidad a cambio.

¿Cuál es el problema? Pues que tanto los depósitos a la vista como los depósitos a plazo dan una rentabilidad muy limitada, y rara vez supera la inflación. Es decir, con esa inversión perdemos capacidad adquisitiva. O lo que es lo mismo: con el dinero que saquemos, podremos comprar menos cosas que las que podíamos comprar con el dinero que metimos.

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¿Qué es un fondo de inversión?

Por su parte, los fondos de inversión son vehículos de inversión donde un conjunto de particulares (como tú) deciden dejar su dinero en manos de una persona o entidad que lo gestionará invirtiéndolo en acciones o bonos, y te devolverá el valor de tus participaciones cuando decidas retirar el dinero (ese valor puede ser superior o inferior, dependiendo de la rentabilidad obtenida).

Los fondos de inversión no están cubiertos por el FGD, aunque sí están regulados, supervisados y tienen todas las garantías para la seguridad del inversor con coberturas de hasta 100.000 € (por el FOGAIN) o 500.000 $ (por el SIPC), en el caso de inbestMe para los clientes de fuera del Área Económica Europea con cuentas de ETFs. A cambio de asumir un determinado riesgo, ofrecen una mayor rentabilidad, que supera con creces la inflación. Y, además, hay formas de que el riesgo que asumimos sea mínimo, como explicaremos en el siguiente apartado.

Así que, por nuestra parte, la recomendación es clara: tu dinero está mejor en un fondo de inversión que en un depósito, ya que de lo contrario perderás poder adquisitivo y renunciarás a la magia del interés compuesto.

¿Qué tipo de fondo de inversión es mejor?

El mejor fondo de inversión dependerá de tu perfil inversor. En el caso de España, los mejores fondos de inversión son los fondos indexados. Este tipo de fondos compran grandes cantidades de acciones (y a veces, renta fija) con el objetivo de replicar índices. Estos índices pueden ser geográficos, sectoriales, por capitalización, etc. 

En el caso de todos los otros países, tanto europeos como latinoamericanos, los mejores fondos de inversión son los ETFs. Que tienen la misma funcionalidad que los fondos indexados pero con mucha más oferta disponible y con costes más bajos.

¿Qué significa esto? Pues que, si compramos un fondo indexado que replique el SP500, nos beneficiaremos de la evolución que tenga el índice SP500, no solamente de una acción concreta dentro de ese índice.

Pero hay una vuelta de tuerca: también podemos invertir en fondos indexados a través de roboadvisors, una herramienta de inversión muy potente para el inversor particular.

Lo que hace el roboadvisor es invertir en diferentes índices con una gran diversificación según el perfil del cliente. Por ejemplo, en varios índices globales que incluyen empresas de muchos países y sectores. Cuando uno de los índices sube mucho, lo vende, coge esa rentabilidad y aprovecha para comprar el índice que haya bajado, en un proceso que se llama rebalanceo.

Este proceso se realiza para mantener el perfil adecuado a cada cliente con la distribución de su cartera correspondiente.

De esta forma se consigue una mayor rentabilidad con un riesgo mínimo. Al fin y al cabo, es difícil que todas las empresas del mundo quiebren a la vez, ¿verdad? 

Al hacer esto, obtenemos una alta probabilidad de buenos retornos a largo plazo (porque un año o dos el mundo puede entrar en recesión, pero lo normal es que crezca, y nosotros estamos invirtiendo en todo el mundo). Además, como gran parte del trabajo de los roboadvisors es automatizado, las comisiones que se pagan también son muy reducidas.

Así que ya lo ves, las diferencias entre depósito y fondo de inversión son bastante claras y, aunque los depósitos son seguros, lo cierto es que son una muy mala elección para el largo plazo, porque suponen perder poder adquisitivo. En cambio, los fondos (especialmente los indexados), te permitirán rentabilizar tus ahorros a largo plazo.

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