Cómo seleccionar el mejor ETF para invertir

Cuando en 1990 apareció por primera vez el acrónimo ETF, proveniente del término Exchange Trade Fund, en Canadá muy pocos eran conscientes de lo que significaba. Todavía menos de la revolución que supondría para el mundo de la inversión. A día de hoy, el mercado está inundado de este tipo de activos de inversión y los inversores, desde los profesionales a los más novatos, se esfuerzan para seleccionar el ETF adecuado para invertir entre todos ellos.

Una tarea que podría ser incluida entre las 12 pruebas a las que Hércules tuvo que enfrentarse. Pero que se puede simplificar si se descompone en cinco apartados a investigar, según los consejos de Blackrock, el mayor gestor de activos del mundo.

El rendimiento

Es el primer indicador que todo el mundo mira, la clave no es ver el número más reciente, sino extraer toda la información histórica. Así, a medida que más rentabilidad acumula un ETF a lo largo de vida, podemos entender mejor lo que puede darnos en un futuro. 

Tomemos, por ejemplo, el iShares S&P 500EUR-H. ¿Qué información nos ofrecen sus datos de rentabilidad? Esto dependerá del punto donde coloquemos la lupa. Si solamente miráramos lo que va de año, algo que hacen muchos inversores noveles, nos asustaría descubrir que se deja más de un 24%. Pero eso no es la historia completa. En realidad, a tres años la revalorización es del 6,59%, a cinco años del 6,37% y a diez años hasta del 9,30%. 

Al final, se trata de un activo muy recomendable pese a mostrar una caída en lo que va de año. De hecho, indexar al S&P 500 es una de las recomendaciones de inversión que hacen todos los expertos.

El índice subyacente

El segundo punto para seleccionar el ETF adecuado exige ir un paso más allá en nuestro conocimiento inversor. Un camino que demanda tiempo y dedicación, pero resulta gratificante. Y es que para entender lo que mueve a las cifras anteriores hay que entender tanto lo que es un ETF como lo que guarda en su interior.

Un fondo cotizado en bolsa, la traducción de ETF, es un producto intermedio entre los fondos de inversión tradicionales y las acciones. Están formados por una cesta de valores, al igual que los fondos de inversión y, cada participación representa una cartera de acciones que reproduce la composición del índice al que hace referencia

Lo anterior, significa que la rentabilidad se moverá según lo hagan los activos a los que está referenciado el ETF. Ahora, por ejemplo, aquellos indexados a la energía están disparados. También eso explica por qué el iShares S&P 500 en euros ETF tiene tan buenos resultados, al fin y al cabo, recoge la evolución de las 500 mejores empresas de Estados Unidos.

Guía de inversión ETFs

La estructura

Las estructuras de los ETFs son importantes porque pueden afectar el nivel del riesgo en un ETF, así como el coste por administrarlo. Aunque los ETF de réplica total son los más comunes, es importante comprender la estructura del ETF y elegir el que mejor cumpla con las necesidades del inversionista.

De este modo, existen dos tipos principalmente:

  • ETF “réplica total”: Invierte en activos subyacentes del índice directamente para tener un mejor seguimiento del índice
  • ETF “sintético”: No invierte en activos directamente, pero sigue el índice a través de derivados.

Saber cuándo operar

Los ETF operan en la bolsa de valores al igual que las acciones, por lo que dicho instrumento puede operarse en cualquier momento durante el horario de la bolsa en la que se encuentra listado el ETF. Esto hace de los ETF un tipo de inversión con una gran liquidez. Pero esa flexibilidad para operar, también puede ser un problema, ya que nos obliga a buscar estar preparados para oportunidades cuando sea necesario aumentar o disminuir la exposición a un ETF.

Uno de los consejos que dan muchos expertos acerca de ello es tener cuidado con la apertura y cierre de mercado, ya que los mercados pueden ser más volátiles. Por ello, suele ser una buena práctica para saber cuándo operar los ETFs, hacerlo después de los primeros 20 minutos y antes de los últimos 20 minutos del horario de cierre.

No pierdas de vista los costes

Sin duda, el gran atractivo de la inversión pasiva son los costes bajos a los que debe hacer frente cada inversor. Esa característica mejora notablemente la rentabilidad. Los dos principales costes que se deben seguir con detalle son las comisiones por transacción y el coste de administración. Las comisiones por transacción ocurren cuando se compra o vende un ETF, mientras que el coste de administración del ETF se calcula anualmente.

La oportunidad de encontrar plataformas que respeten esa condición de comisiones muy bajas también es clave para seleccionar el ETF adecuado. Un buen ejemplo de ello lo puedes encontrar en la plataforma inbestMe que no solo cuenta con un amplio catálogo de productos, sino también unas comisiones muy pequeñas.  

Si crees que los ETF pueden ayudarte a incrementar los ahorros, no dudes en mirar todos los productos sobre carteras ETF en dicho campo. Al fin y al cabo, siempre es buen momento para decidirse a ahorrar e invertir, y todavía es más fácil tras haber conocido los puntos a tener en cuenta a la hora de seleccionar el ETF adecuado para invertir.

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