Cómo ganar la lotería

Un profesor de cálculo una vez me dijo: “La lotería es un impuesto voluntario que los matemáticos no pagamos”. Su razonamiento tiene toda la lógica dado que la posibilidad de que te toque la lotería es bastante remota. Para poner un ejemplo, las probabilidades de que toque el euromillón son de 1 entre más de 76.000.000, las de que te toque una primitiva son de 1 entre unos 14.000.000. Quizás si lo comparamos con las probabilidades de que nos caiga un rayo encima veremos más claramente lo improbable que es: 1 entre 3.000.000.

Para continuar a través de la ciencia, Jorge Wagensberg en su magnífico libro “teoría de la creatividad” sugiere que algunos avances del género Homo se han producido por aquello que supone una recompensa grande con poco esfuerzo. Por ejemplo, el autor dice que cuando un Australopithecus afarensis decidió ponerse de pie esto le costó muy poco y obtuvo poder observar a sus posibles depredadores y ponerse a salvo.

El efecto palanca

Este llamado efecto palanca es el que nos produce placer cuando por ejemplo aumentamos la velocidad de nuestro automóvil presionando suavemente el pedal del acelerador o cuando chutamos un balón, un pequeño esfuerzo con gran resultado.

En la lotería, esto ya no lo dice el profesor Wagensberg, podríamos decir que sucede lo mismo, invertir un euro cuando puedo obtener 10 millones nos produce una emoción o placer similar. En parte porqué, volviendo a las probabilidades, no somos conscientes de lo poco probable de que el resultado sea el esperado.

Cuando tenemos una corazonada en finanzas

En las finanzas puede ocurrir lo mismo, por ejemplo apostar por un valor en concreto porqué tenemos afinidad, porqué tenemos una corazonada o porqué alguien nos dice que le está funcionando. Invertir en un solo activo es como jugar a la lotería. Por mucho cariño que le tengamos, por ejemplo, a Apple, invertir en sólo este valor nos puede acabar ocasionando dolores de cabeza. En cambio, si estamos invirtiendo en Apple, Samsung, Google y Microsoft, si un año le va mal a uno probablemente le vaya mejor a otro. Pero todavía más: que pasa si es un mal año para las empresas tecnológicas?; pues si a parte de invertir en este sector invertimos por ejemplo en energía, monedas virtuales y oro correremos menos riesgo, y si además lo hacemos en compañías de distintos lugares del mundo todavía será más difícil que perdamos dinero con nuestra inversión a largo plazo.

Hoy en día es relativamente sencillo invertir en miles de compañías a bajo coste a través de  los ETFs. Imagina que pudieras comprar miles de números de la lotería de Navidad, esto haría aumentar tus posibilidades de obtener ganancias. Si además, tenemos en cuenta de que históricamente una cartera diversificada acostumbra a dar beneficios interesantes a largo plazo y que puedes delegar en expertos la decisión de invertir en uno u otro ETF, seguir jugando pierde todo el sentido.

Los españoles mayores de edad gastan una media de 450 € anuales en juego, según un estudio de la OCU. Esto equivale a casi 40 € mensuales de media. Lo más sorprendente es que un 97% de los encuestados afirman haber jugado el último año, y hay sorteos en particular que llegan al 90% de participación, como es el caso de la Lotería de Navidad.

Cómo «ganar» la lotería

Imaginemos que al cumplir 18 años decidimos invertir en una cartera inbestMe perfil 9 los 40€ mensuales hasta el momento en que nos jubilaremos a los 67. Pongamos que conseguimos una rentabilidad media del 8% al llegar el momento de retirarnos tendremos casi 300.000 €, no parece un mal premio.

Quizás ha llegado el momento de que nos planteemos regalarnos un premio a largo plazo, sin corazonadas, con mucho sentido común y con altas posibilidades de éxito.

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