¿Cómo funciona un fondo de inversión indexado?

Los fondos de inversión indexados están de moda. Y es normal que lo estén, porque sus rentabilidades son muy buenas. Sin embargo, ¿sabes cómo funciona un fondo de inversión indexado? ¡Poca gente lo sabe! Hoy, te contamos todo al respecto.

¿Cómo funcionan los fondos de inversión indexados?

Como probablemente ya sepas, los fondos de inversión indexados tratan de replicar un índice concreto con la mayor fidelidad posible. Para ello, lo que hacen es comprar las acciones que componen el índice en la misma proporción en la que están presentes en el índice (o equivalente en el caso de que sea un fondo indexado de renta fija).

La calidad de un fondo de inversión indexado podemos juzgarla en base a tres criterios: su liquidez, sus comisiones y su tracking error.

Es decir, un fondo de inversión tendrá más calidad cuanto más líquido sea (más fácil sea de comprar y vender), menores comisiones tenga (menos nos cobren por ser partícipes) y menos se desvíe del índice de referencia.

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¿En qué se diferencian de un ETF?

Lo cierto es que los fondos indexados y los ETFs se diferencian en pocas cosas. Aunque éstas son importantes. Podemos señalar las siguientes:

  1. Oferta: existen muchísimos más ETFs que fondos indexados. Son un producto más versátil, por lo que pueden hacerse más cosas con él. Por ejemplo, se pueden crear ETFs inversos o apalancados, cosa que no se puede hacer con los fondos indexados.
  2. Fiscalidad: los fondos indexados tienen una ventaja crucial sobre los ETFs a nivel de fiscalidad, puesto que, en España, éstos no tributan hasta que no se rescatan. Además, pueden traspasarse libremente sin pagar impuestos. En cambio, con los ETFs, no dispones de estas ventajas, porque tributan como si fueran acciones.
  3. Accesibilidad: los fondos indexados son menos accesibles que los ETFs. Puesto que los ETFs cotizan en Bolsa como cualquier acción, puedes comprarlos sin problemas. En cambio, los fondos de inversión son propiedad de ciertas gestoras, y éstas no los ofrecen libremente, sino a través de comercializadores.
  4. Comisiones: las comisiones de los ETFs, debido a lo anterior, son más bajas (al fin y al cabo, al tener que pagar a la gestora y al comercializador, el precio de los fondos indexados tiende a ser mayor).
  5. Coste de la operativa: en el caso de los ETFs, tendremos que pagar por cada vez que compramos o vendamos. En cambio, en el caso de los fondos indexados, lo habitual es que no existan comisiones por suscripción o reembolso (aunque algunos sí tienen).

¿Por qué los fondos indexados están tan de moda?

La respuesta a esta pregunta es sencilla: funcionan

La rentabilidad que se puede obtener con un fondo indexado no es tan alta como la que se puede obtener con un fondo de gestión activa, pero también es menor el riesgo que asumimos, puesto que sabemos que vamos a obtener la misma rentabilidad que el mercado (y este no acostumbra a permanecer en negativo durante muchos años).

Además, son una forma de invertir sencilla y que no implica romperse mucho la cabeza buscando la mejor opción, lo cual ha hecho que muchas personas que no estaban interesadas en las finanzas hayan empezado a invertir gracias a ellos.

Esas son las principales razones por las que oyes hablar tanto de los fondos indexados últimamente.

Como puedes ver, un fondo de inversión indexado no sólo es una muy buena forma de obtener buenas rentabilidades, sino que también es (al menos hoy por hoy) una forma muy segura de hacerlo. Y esto se debe, en buena medida, a la forma en que se construyen y a la forma en que funcionan.

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