Cómo calcular el coste total de una cartera de inversión

Cómo calcular el coste total (TER) de una cartera de inversión

Es muy habitual aún, sobre todo en la banca y en muchos servicios financieros tradicionales, referirse a determinados conceptos de los costes asociados a la inversión de forma ambigua o poco transparente.

Por ejemplo, imaginemos que leemos en la presentación de un Robo Advisor bancario la siguiente frase:

“ Nuestros servicios tienen un porcentaje de comisiones que nunca superará el 1%.»

La diferencia entre costes implícitos y explícitos

Para comprobar si la afirmación anterior es correcta deberemos hacer un poco de análisis y estar seguros que no se nos escapa nada.

Lo primero que debe saber el ahorrador es que, muy a menudo, la banca y los servicios financieros tradicionales han tendido a no ser demasiado transparentes con los costes asociados a un servicio.

La primera táctica para ello es solo hablar o comunicar la información de los costes explícitos. Por explícitos nos referimos a los costes que se ven, y que de forma clara veremos cargada en nuestra cuenta.

En el caso que nos ocupa este sería el coste de la gestión de la cartera. Cuando la entidad cobre su comisión la veremos reflejada en negativo en nuestra cuenta.

Pero el ahorrador o inversor debe saber que, muy a menudo y dependiendo del servicio que contratemos, además del coste explícito hay costes implícitos que no se ven… o sea, que no se observan como una deducción en nuestra cuenta.

El coste implícito más habitual en la gestión de una cartera es el coste asociado al activo o activos que compondrán nuestra cartera. La mayoría de carteras en España se forman por un conjunto de fondos. Estos fondos tienen unos costes asociados. Como estos costes asociados se deducen del valor liquidativo de los fondos en cuestión, estos no son visibles claramente, ya que no se descuentan de nuestra cuenta corriente, sino que están “implícitamente” deducidos del precio de cada día del fondo y por tanto de la valoración diaria de nuestra cartera.

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Detalle de los costes asociados a una cartera de inversión

Una cartera gestionada puede tener como mínimo los siguientes costes asociados:

1 – Comisión de gestión de la cartera

En el ejemplo que hemos usado de este robo advisor bancario imaginario imaginemos que comunica que es del 0,60%. Pero este no es el coste total de la comisión de gestión, ya que para un inversor que sea persona física se le deberá aplicar el IVA. Por tanto, la comisión de gestión de la cartera para un inversor será:

0,60% x 1,21 (IVA) = 0,73%

2 – Coste de los activos de la cartera 

Siguiendo con el ejemplo que nos ocupa la cartera está constituida por fondos de inversión de la propia entidad. Para ver el coste de cada fondo debemos ir al documento explicativo de cada fondo donde vemos dos componentes. Como ejemplo vemos que la mayoría tienen:

Costes de gestión: 0,35%

Coste de depositaría: 0,02%

Pero este no es el coste que nos interesa ya que estamos interesados en conocer el coste total. Para conocer el coste total deberemos localizar el TER (en inglés Total Expense Ratio) o sea los costes totales que soporta el fondo en cuestión. Es decir, es la suma del coste de gestión, depositaría más costes administrativos, legales y de transacciones que soporta el fondo.

Siguiendo con el ejemplo vemos algunos fondos con el 0,66% y otros con que superan el 1%.

Para saber por tanto el TER de los activos deberíamos conocer el TER de cada fondo y ponderar por el peso de cada uno de ellos en la cartera.

Para seguir con el ejemplo de forma simple imaginemos que es del 0,83% (promedio entre los dos promedios mencionados como ejemplo).

3 – Costes de custodia

A menudo puede haber costes asociados a la custodia de la cuenta del cliente en sí misma, que puede ser del 0,10% al 0,20%.

En el ejemplo que nos ocupa imaginemos que es 0%.

4 – Costes de transacción de los activos

En el ejemplo que nos ocupa de nuevo asumimos que son 0. En carteras compuestas por otro tipo de activos tales como acciones o bonos sería más común observar costes asociados a la compra-venta de los títulos.

Por lo tanto, el TER o coste total de este ejemplo sería:

Comisión de gestión de la cartera: 0,73%

Costes implícitos de los activos: 0,83% (estimado)

Costes de custodia: 0,00%

Costes de transacción: 0,00%

Total: 1,56%

Como vemos el coste total supera claramente el 1%. Es decir, si nos remitimos al coste total de la cartera, que es lo que realmente le interesa al inversor, la afirmación inicial de que el porcentaje de comisiones nunca superará el 1% sería totalmente incorrecta .

¿Por qué es tan importante el coste total o TER?

La respuesta a esta pregunta es muy simple. La rentabilidad neta de nuestra cartera será la diferencia entre la rentabilidad bruta obtenida antes de costes menos los costes asociados. Por lo tanto, cuanto más bajos sean los costes asociados a nuestra inversión más alta será la rentabilidad que irá a nuestro bolsillo.

Es estadísticamente cierto que cada vez es más difícil obtener rentabilidad por nuestros activos. Y menos aún asegurar su persistencia y consistencia en el tiempo. Pero sí podemos asegurar y controlar los costes. Si controlamos los costes controlamos, al menos, una parte de la ecuación.

Sirva de conclusión el ejemplo de más arriba donde vemos como una diferencia del 1,75% (por el efecto del interés compuesto) se convierte en una TIR del 1,94% y en un diferencial de más de 15.000€ al final de un periodo de 30 años para una inversión inicial de 10.000€ (asumiendo una rentabilidad anual del 5%).

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