Comentario mercado julio 2020

El mes de julio de 2020 fue un mes de varios récords en los mercados financieros: el cierre mensual más alto del S&P 500, la peor caída trimestral del PIB, el cierre mensual más bajo en los tipos de interés a 10 años de EE. UU., el oro en máximos históricos, el mejor mes desde 1979 para la plata y el peor mes en 10 años para el dólar.

Habría sido impensable reportar algunos de estos récords juntos. Lo más difícil de razonar es el hecho de que los índices de renta variable siguieron aumentando mientras la economía todavía sigue en una situación muy grave a causa del confinamiento.

El índice S&P 500 registró su cierre mensual más alto de la historia (no el máximo histórico de todos los tiempos que obtuvo en febrero pero acabó cerrando el mes más bajo).

Mientras tanto, el PIB de EE. UU. tuvo la peor caída de la historia con un -32.9% (resultado anualizado) a causa de la parada de la economía por el confinamiento.

¿Valor más alto al mismo tiempo que la peor caída?

¿Cómo es posible tener el cierre mensual más alto del mercado de renta variable y al mismo tiempo que el PIB tenga su peor caída de la historia? ¿No deberían los mercados financieros reflejar el estado de la economía de alguna manera?

En primer lugar, parece que las grandes compañías tecnológicas que constituyen una gran parte de los principales índices de renta variable no se ven afectadas por la situación del confinamiento.

Por el contrario, empresas como Apple, Amazon y Facebook reportaron resultados extraordinarios para el segundo trimestre a medida que la demanda de tecnología, interacción virtual y comercio online incrementó considerablemente.

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Es importante no olvidarse de que la dinámica de los mercados de valores a menudo se desvía del sentido común. En particular, los mercados financieros son un mecanismo basado en las expectativas del futuro. El presente y el pasado no cuentan tanto para los mercados.

Los datos del PIB se consideran datos del pasado y los inversores ahora esperan que el futuro sea mejor, ya que el virus es más conocido, los sistemas nacionales de salud están más preparados y los bancos centrales han establecido una red de seguridad para sostener los mercados.

Las medidas implementadas por los bancos centrales han sido de hecho cruciales para sostener la recuperación. Han bajado los tipos de interés a niveles muy bajos (o negativos) y han comenzado o aumentado los programas de compra de activos para elevar los precios de los activos.

El rendimiento a 10 años de los bonos del Tesoro de EE. UU. tuvo su cierre mensual más bajo. En otras palabras, los tipos de interés muy bajos tienen dos efectos.

  • Primero, hacen que el financiamiento sea muy barato y esto tiende a sostener la inversión y el consumo.
  • Segundo, obligan a los inversores que buscan una rentabilidad decente a recurrir a los mercados de renta variable y esto empuja los índices de renta variable al alza.

¿Qué hacen los inversores?

Cuando los bancos centrales compran activos, crean más liquidez. La disponibilidad de esta liquidez crea una nueva demanda de otros activos financieros y eleva sus precios. El riesgo es que, en cierto modo, al crear grandes cantidades de dinero, su valor se diluye  («devaluación del dinero» en términos técnicos).

Es por eso que a los inversores durante este período les gusta tener activos reales en su cartera que sirvan como una reserva de valor en caso de que toda esta creación de dinero empuje la inflación hacia arriba. Durante el mes, el oro alcanzó su máximo histórico, superando el máximo anterior en 2011, gracias a una demanda constante por parte de bancos centrales e inversores.

Al mismo tiempo, la plata tuvo su mejor mes desde 1979. La plata se usa mucho más que el oro en las producciones industriales, por lo que su aumento también es una apuesta por la recuperación económica.

La recuperación de las materias primas también se vio impulsada por la debilidad del dólar que tuvo su peor mes en 10 años.

La razón principal que explica la debilidad del dólar durante el último período es la reducción en el diferencial de tipos de interés que estuvo a su favor hasta hace unas semanas.

Esto significa que los tipos de interés en dólares eran más altos que los tipos de interés en otros países desarrollados, porque la economía de los Estados Unidos era más fuerte. El capital se movía hacia posiciones en dólar cuando los tipos de interés eran más altos buscando una mayor compensación.

Durante la crisis de la COVID19, la Reserva Federal redujo los tipos a niveles cercanos a cero, por lo que el dólar dejó de ofrecer una prima de tipos de interés significativa en comparación con otras monedas de países desarrollados.

Otra razón por la debilidad del dólar frente a otras divisas fue el acuerdo en Europa sobre el Fondo de Recuperación que ha ayudado también a la revaluación del euro por encima de 1,18 frente a la moneda estadounidense, el nivel más alto en 2 años.

La gestión de la crisis del virus, con un aumento significativo de casos en los Estados Unidos durante las últimas semanas, también contribuyó a la debilidad del dólar.

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