Aprendiendo con Laura Mascaró

Hoy entrevistamos a Laura Mascaró, seguidora de la independencia financiera, la libertad educativa y autora de su web Lauramascaró. Apasionada de las finanzas, ha conseguido combinar sus tres vocaciones: el derecho, la educación y la comunicación. Ahora que ha aprendido mucho sobre finanzas personales, enseña a otras familias a lograr la libertad financiera.

Conoce mejor a Laura Mascaró a través de esta entrevista donde descubrirás más sobre sus experiencias, pensamientos y consejos. 

Cono tu perfil inversor

¿Recuerdas haber roto tu primera hucha de pequeña? ¿Cuánto dinero ahorraste?

La verdad es que no. Tenía un monedero y una hucha de las que no hay que romper. Mis abuelos nos daban un generoso aguinaldo en Navidades y mis padres nos iban dando el dinero que necesitáramos en cada momento. Nunca tuve paga como tal y tampoco tuve incentivos para ahorrar porque sabía que, si necesitaba algo de dinero, mis padres me lo daban.

La primera vez que ahorré fue a los 14 años, cuando quise comprar mi primera trompeta y mi padre me dijo que me prestaba el dinero, pero que se lo tenía que devolver. 25.000 pesetas, creo que costó. Las gané tocando y se las devolví.

¿Por qué empezaste en el sector financiero y cómo te surgió la idea de empezar un blog?

Mi padre era empresario y mi hermano economista. Sin embargo, a mí no me interesaron las finanzas hasta que fui madre. Entonces quise, por un lado, encontrar la manera de ganar más dinero trabajando menos, porque mi prioridad era estar con mi hijo. Y, por otro lado, tenía claro que quería que mi hijo tuviera una buena educación financiera desde pequeño. Porque es más fácil aprenderlo bien de pequeños que tener que desaprender luego de adultos, cuando ya tienes sesgos, ideas erróneas y las tan famosas “creencias limitantes”.

Así que empecé a desarrollar un sistema de ingresos pasivos monetizando un blog que tenía sobre educación y crianza. ¡Recuerdo aquellos primeros 100€ que llegaron sin esfuerzo a través de Adsense! Me pareció una maravilla poder tener ingresos de algo que yo consideraba un hobby y que, además, esos ingresos pudieran seguir llegando años después de haber hecho el trabajo.

Años antes, mi hermano me había regalado el libro “Padre rico, padre pobre”, de Robert Kiyosaki, que yo había ignorado hasta ese momento. Ese fue mi punto de no retorno. Leyendo a Joshua Kennon me inspiré para seguir aprendiendo e hice mis primeras inversiones en bolsa.

Cuando mi hijo cumplió 6 años, le di a elegir su regalo de cumpleaños: un juguete que podría disfrutar desde ese mismo día, o unas acciones, que no era algo tangible y no podría disfrutarlo en ese momento. Le expliqué qué eran y cómo funcionaba y eligió las acciones. Ahora está a punto de cumplir 15 años y todavía las tiene. ¡Ríete de la inversión a largo plazo!

Al año siguiente, organicé un taller en mi casa para él y otros niños. Me ayudó Pablo Martínez Bernal (ahora en Amiral Gestión) ya que yo me sentía muy capaz de organizar la parte pedagógica pero no tanto la parte de la economía. El taller fue un éxito. Se ha repetido en otras ocasiones y fue el germen de mis clases de finanzas para niños que hago en colegios de Primaria y Secundaria.

Ayudas a las personas con la independencia financiera, pero ¿qué es lo que más y menos te gusta de las finanzas personales?

Trabajo, principalmente, con madres y con niños.

Me centro en las madres porque sé que muchas desearían poder pasar más tiempo con sus hijos. Así que les enseño a generar ingresos pasivos para que las finanzas nunca sean el motivo por el que no puedan criar a sus hijos como quieran.

Eso es lo que más me gusta. Ver como de pronto empiezan a tener esperanza y, como se dice hoy en día, se empoderan.

Pero también trabajo con los niños porque ellos están libres de prejuicios. A todos los niños les interesa mucho el dinero y no hay nada más fácil de aprender que aquello que te interesa.

Lo que menos me gusta de las finanzas… Nunca lo había pensado, pero supongo que lo que menos me gusta es que, en realidad, es bastante aburrido. El día a día, quiero decir. Si te gusta la acción, las finanzas te van a aburrir, porque hay mucho de reflexión, de análisis y de paciencia, pero poco de “hacer”. A los niños siempre les advierto de que eso tan divertido que hacemos con juegos en el colegio, en la vida real es mucho más aburrido y tiene un ritmo mucho más lento.

Ofreces varios cursos sobre educación financiera. ¿Qué consejo principal le darías a alguien que quiera empezar con su educación?

A los niños no les doy ningún consejo. A los niños lo que hay que hacer, generalmente, es dejarles en paz.

A los adultos les diría que no tengan miedo. Porque en las finanzas, como en el Derecho, se suele utilizar una jerga innecesariamente compleja y eso hace que mucha gente piense que no van a ser capaces de entenderlo. Les diría (les digo, de hecho) que lean los libros que les llamen la atención, no los que salgan recomendados por los “expertos”.

Y, sobre todo, que busquen gente afín. Las finanzas son un tema que genera mucha resistencia, porque hay mucho mito alrededor del dinero y de la riqueza, y es importante rodearse de gente con la que poder hablar en confianza.

Tienes artículos y vídeos sobre educación financiera, ¿tienes algún artículo favorito o que le tengas mucho cariño?

No he escrito mucho sobre finanzas, en realidad. Creo que ya hay mucha gente que ha dicho las cosas mejor de lo que yo pudiera decirlas. A mí lo que se me da bien es trabajarlo con los niños, y eso hago.

Cariño le tengo a todos esos juegos y ejercicios que la gente me pregunta de dónde los he sacado. Esperan que les de una web o un libro de otra persona, pero todo ha salido de mi cabeza. Yo no voy a clase con el Monopoly o con el Cashflow. Voy con juegos que me he inventado, como El Principito para que entiendan el concepto de propiedad. Y si un día voy con el Monopoly, es para analizar todo lo que en el juego es distinto del mundo real y para enseñarles la estrategia infalible para ganar siempre, calculando el retorno de la inversión de cada casa en cada calle.

Y cariño le tengo, por supuesto, a mi libro de finanzas para niños “¿Dónde crece el dinero?”.

Para enseñar y dar consejos sobre educación financiera, estoy seguro de que has leído mucho. ¿Tienes algún libro favorito qué recomendarías a otros que quieran iniciar su educación financiera?

Me cuesta mucho recomendar libros porque creo que es importante encontrar el libro adecuado para el momento en el que te encuentras. Siempre cuento que yo empecé con «Padre rico, padre pobre» de Robert Kiyosaki, y con «Piense y hágase rico» de Napoleon Hill.

Sé que ambos libros suponen un antes y un después para muchas personas. Pero si tú ya tienes la mentalidad adecuada, esos libros no te van a aportar mucho. Hay quien tiene que empezar leyendo «El origen del dinero» de Carl Menger o con «El pequeño libro que genera riqueza» de Pat Dorsey.

Pero lo primero es tener la mentalidad adecuada. Y para eso hay muchos libros excelentes. Puedes leer a Harv Eker, Tony Robins, etc.

En realidad suelo empezar recomendando blogs, cuentas de twitter o las charlas de Value School, que pueden verse en Youtube. Y, a partir de ahí, cada uno tiene que diseñar su propio itinerario.

¿Como fue el proceso de no llevar más a la escuela a tu hijo cuando tenía 3 años y medio?

El motivo fue coyuntural y es irrelevante a día de hoy. Lo importante es que eso fue el inicio de muchas cosas, entre ellas, mi actual trabajo como asesora de familias y mi interés por las finanzas y la inversión (que también se han acabado convirtiendo en una parte de mi trabajo).

Nada de esto estaba previsto. Yo era abogada y pensaba serlo toda la vida. Pero, al desescolarizar, empecé a asesorar legalmente a otras familias que querían hacer lo mismo. Y, aunque me llamaban para que les explicara la parte legal, siempre me acababan preguntando otras cosas, como qué métodos usaba para enseñarle a leer, o cómo me organizaba para “llegar a todo”, o cómo lo hacía para que el niño socializara adecuadamente.

Y en ese intentar “llegar a todo” me di cuenta de que algo no encajaba y de que, para poder atender a mi hijo, tenía que encontrar una forma de llegar a fin de mes que no supusiera estar fuera de casa 8 horas al día. Eso lo cambió todo.

¿Tienes alguien referente como educador/a? ¿Por qué?

Suscribo hasta la última coma todo lo que ha escrito John Taylor Gatto. Él fue maestro de escuela durante 30 años y recibió varias veces el premio al maestro del año en Nueva York. Fue un maestro que hoy en día llamaríamos “innovador” porque personalizaba la educación de cada niño en la medida de sus posibilidades.

Hasta que empezaron a restringir su libertad, a imponerle una forma de hacer las cosas. Una forma muy burocrática y poco humana. Y, finalmente, lo dejó. Dijo, textualmente, que no podía seguir haciendo daño a los niños para ganarse la vida. Así que dejó el trabajo y se dedicó a escribir y dar conferencias sobre el verdadero origen y objetivo del sistema escolar.

Pero he leído a todo tipo de autores. Creo que hay que conocer lo que proponen unos y otros y ver qué ha sucedido cuando sus ideas se han aplicado. Y en cada comparación, las ideas de Gatto, que son las ideas de la libertad, salen ganando.

¿Piensas que la forma de la educación financiera cambiará en el futuro?

Es que, hasta ahora, la educación financiera no ha existido. Los padres hablan con más confianza sobre drogas y sexualidad con sus hijos que sobre finanzas. Y cuando en los colegios se ha intentado hacer algo, casi siempre ha sido de la mano de los bancos y del Estado.

¿Y qué enseñan? Que hay que pagar impuestos, que la culpa de que haya pobres es de los ricos, que hay diferentes tipos de cuentas bancarias y qué son los préstamos y las hipotecas.

¿Y a eso lo llaman “educación financiera”? ¡Que lo llamen educación fiscal y bancaria!

Pero con internet ya no hay vuelta atrás. La gente se está haciendo cargo de su propia educación y, poco a poco, esa gente se va dando cuenta de que también tienen que enseñar a los niños. Y de que no pueden dejar esa enseñanza en manos de los colegios. Prefiero mil veces que mi hijo escuche el podcast de Value Investing FM, vea las charlas de Value School y siga las cuentas adecuadas en twitter, a que vaya un señor del banco a darle una charla en el colegio.

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